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Familiares de rehenes elevan la presión con protesta ante la casa de Netanyahu

Familiares y amigos de los rehenes retenidos en Gaza, sentados en un campamento
Familiares y amigos de los rehenes retenidos en Gaza, sentados en un campamento en el exterior de la residencia privada del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Caesarea, Israel, el 20 de enero de 2024, en apoyo del padre de un cautivo que inició una huelga de hambre.
(Leo Correa / Associated Press)
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JERUSALÉN (AP) — Familiares de los rehenes que siguen en manos de Hamás protestaron el sábado frente a la casa del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y mostraron su frustración por la aparente falta de avances gubernamentales para la liberación de los más de 100 cautivos mientras la guerra en Gaza se alarga.

Un grupo que representa a las familias de los rehenes señaló que habían “suplicado durante 105 días” y ahora exigen que el gobierno muestre su liderazgo y tome medidas audaces para liberarlos. Un miembro del gabinete de guerra israelí apuntó en la víspera que un alto el fuego es la única vía para garantizar la liberación, un comentario que suponía una crítica a la actual estrategia oficial.

La protesta en el exterior de la casa del primer ministro y las declaraciones de Gadi Eisenkot son algunos de los indicios de las crecientes discrepancias en Israel acerca del rumbo que está tomando la guerra, que inició el octubre.

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El liderazgo de Israel enfrenta presiones contradictorias. Netanyahu, presionado por apaciguar a los miembros de su coalición gobernante de derecha intensificando la guerra contra Hamás, también debe lidiar con los llamados a la moderación por parte de su aliado Estados Unidos y de las familias de los rehenes, que temen que la escalada de la actividad militar ponga en peligro aún más la vida de los cautivos.

Netanyahu ha dicho que busca la “victoria total” contra Hamás, pero no ha explicado cómo la conseguirá.

Los contrarios a Netanyahu lo acusan de aplazar cualquier discusión sobre los escenarios de la posguerra para Gaza para evitar posibles conflictos que puedan desintegrar su coalición de gobierno de ultraderecha.

Israel lanzó su guerra contra Hamás tras la incursión sin precedentes del grupo insurgente en el sur de Israel el 7 de octubre en la que murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y unas 250 más fueron tomadas como rehenes. Las autoridades sanitarias gazatíes, controladas por Hamás, dicen que la ofensiva ha matado a cerca de 25.000 palestinos, en su mayoría mujeres y menores.

La campaña militar, que es una de las más destructivas de la historia reciente, ha pulverizado gran parte del sitiado enclave palestino y obligó a más del 80% de sus 2,3 millones de habitantes a abandonar sus hogares. El bloqueo israelí sobre el territorio, que permite apenas la entrada de un goteo de ayuda extranjera, ha derivado en hambre generalizada y brotes de enfermedades, según funcionarios de Naciones Unidas.

Netanyahu ha insistido en que la única forma de lograr la vuelta de los rehenes es derrocar a Hamás por la vía militar. Pero los familiares de quienes siguen retenidos han intensificado su campaña para lograr un acuerdo que suponga su liberación.

Más de 100 rehenes, en su mayoría mujeres y niños, regresaron al país durante el breve alto el fuego de noviembre en un canje por mujeres y menores palestinos encarcelados en Israel. Las autoridades israelíes afirman que en Gaza hay todavía más de 130 rehenes, pero se cree que solo 100 seguirían vivos.

El padre de un hombre de 28 años retenido por Hamás desde octubre inició el viernes lo que denominó como una huelga de hambre ante la vivienda de Netanyahu en la ciudad costera de Cesarea.

Eli Shtivi, cuyo hijo Idan fue secuestrado en un festival de música en el sur de Israel, se comprometió a comer apenas un cuarto de un pan de pita al día — para llamar la atención sobre la poca comida que algunos rehenes habrían recibido algunos días — hasta que el primer ministro acceda a reunirse con él. Decenas de personas se unieron a Shtivi a última hora del viernes y seguían allí el sábado por la mañana.

Eisenkot, un exjefe del ejército que es uno de los cinco miembros del gabinete de guerra israelí, ha puesto en duda la insistencia de Netanyahu en que solo la aplastante campaña aérea y terrestre del ejército llevará a los rehenes de regreso al país.

El militar, cuyo hijo murió en diciembre mientras combatía en Gaza, dijo durante una entrevista en televisión el jueves que afirmar que los cautivos quedarán libres sin que haya un acuerdo y un alto el fuego “es propagar ilusiones”.

Los rehenes “solo regresarán con vida si hay un acuerdo, ligado a una pausa significativa en los combates”, indicó añadiendo que las operaciones de rescate son poco probables porque los cautivos parecen estar dispersos por el territorio, muchos de ellos en túneles subterráneos.

Como parte de los esfuerzos para encontrar a los rehenes, el ejército israelí lanzó octavillas sobre Rafah, en el extremo sur del enclave, en las que pedía información acerca de los cautivos. Las hojas, con fotos de docenas de rehenes, sugería que quienes colaborasen podrían obtener beneficios.

“¿Quiere regresar a casa? Por favor, informa si has identificado a alguno de ellos”, decía el mensaje, que incluía un número de teléfono y un enlace a una web con las imágenes y los nombres de los rehenes en árabe.

En Gaza, los residentes contactados por teléfono tras el fin de un corte de siete días en las comunicaciones reportaron intensos bombardeos y combates entre los insurgentes y las tropas israelíes el sábado en la ciudad sureña de Jan Yunis y sus inmediaciones, así como y en el campo de refugiados urbano de Yabaliya, en el norte.

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Becatoros informó desde Atenas; Jon Gambrell en Jerusalén y Najib Jobain en Rafah, Gaza, contribuyeron a este despacho.

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