‘Real Women Have Curves’ de Patricia Cardoso, fue un hito en el cine latino, pero Hollywood la habÃa dejado fuera. Hasta ahora
PLos ojos de Patricia Cardoso rebosan de lágrimas, y dice que podrÃa llorar. Metida dentro de una pantalla de Zoom con el telón de fondo de una oficina de paredes blancas, frunce el ceño, se muerde el labio y respira profundamente antes de continuar con su historia.
“SabÃa que esa pelÃcula era extraordinariaâ€, dice sobre su innovadora pelÃcula de 2002, “Real Women Have Curvesâ€, (Las mujeres de verdad tienen curvas), que ganó el premio del público en el Festival de Cine de Sundance y se convirtió en la primera pelÃcula dirigida por latinas en el Registro Nacional de PelÃculas de la Biblioteca del Congreso. “SabÃa que era una directora extraordinaria, pero no conseguÃa trabajo y no pude ganarme la vida durante años y años y añosâ€.
Cardoso se está tomando un descanso en el plató de Nueva Jersey de un proyecto piloto que está dirigiendo para una importante plataforma de streaming, aunque todavÃa no se atreve a decir de qué proyecto se trata ni para quién es. Lo que sà dice es que se gana la vida como directora desde hace solo unos tres años, y eso es gracias a que otra mujer de color -Ava DuVernay- la contrató para dirigir un episodio de “Queen Sugarâ€.
“Si ella no me hubiera dado esa oportunidad, probablemente no estarÃa dirigiendo muchoâ€, dice Cardoso.
Un equipo curatorial compuesto en su mayorÃa por mujeres ha sacado a la luz las intrigantes historias de fondo y las contribuciones no contadas de las mujeres en el cine.
La afirmación, emitida como una rotunda declaración de la verdad, está cargada de ironÃa, viniendo de una latina cuya representación en pantalla de una familia mexicoamericana hace casi 20 años desafió los estereotipos latinos de Hollywood, abrió las conversaciones sobre las caracterÃsticas del cuerpo entre las mujeres y destacó la importancia de la representación cinematográfica de los grupos marginados mucho antes de que tales conversaciones llegaran a las salas de juntas de los estudios.
La singular importancia de “Las mujeres de verdad tienen curvas†y la contribución de Cardoso al canon cinematográfico están recibiendo un merecido reconocimiento como parte de una exposición en la galerÃa de pelÃculas y cineastas del Museo de la Academia del Cine, que se inaugurará el 30 de septiembre. La pelÃcula de Cardoso ocupa un lugar privilegiado, entre “Ciudadano Kane†de Orson Welles y Thelma Schoonmaker, que ha editado las pelÃculas de Martin Scorsese durante más de 50 años.
Cabe destacar que la viñeta “Las mujeres de verdad tienen curvas†es la única de la galerÃa que aparece a todo color, con una pared entera dedicada a una fotografÃa en primer plano de las protagonistas de la pelÃcula, América Ferrera y Lupe Ontiveros, cuya combativa relación hija-madre sirve de anclaje emocional de la pelÃcula.
“QuerÃa que esto se destacara como el objeto principal de la galerÃaâ€, dice Sophia Serrano, la curadora asistente que encabezó la viñeta “Mujeres realesâ€. “Todo lo demás es blanco y negro, asà como sepia
La elección es también un tierno gesto a Ontiveros, una querida actriz latina que apareció en casi un centenar de pelÃculas y programas de televisión a lo largo de sus 35 años de carrera, pero que fue excluida de la sección “In Memoriam†de los Óscar de 2013, en el que se honraba a importantes actores que habÃan fallecido, un desaire que dio lugar a protestas en la sede de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.
En “Las mujeres de verdad tienen curvasâ€, Ontiveros interpreta a Carmen, costurera en la fábrica textil de su hija mayor y matriarca martirizada de una familia inmigrante muy trabajadora. Su marido, Raúl, interpretado por Jorge Cervera Jr., es jardinero, y su hija menor, Ana, interpretada por Ferrera, es una excelente estudiante que obtiene una beca completa para asistir a la Universidad de Columbia. Carmen prohÃbe a Ana que vaya a la universidad fuera del estado y en su lugar la lleva a trabajar a la fábrica.
El momento más memorable de la pelÃcula tiene lugar en una tarde sofocante, cuando Ana, trabajando sobre una plancha caliente, se quita la camisa en la fábrica. Las demás trabajadoras siguen su ejemplo y pronto las mujeres comparan alegremente las estrÃas y la celulitis mientras Carmen se enoja.
Ese momento de la pelÃcula es más importante para algunas personas que “Ciudadano Kaneâ€, dice la curadora adjunta Dara Jaffe. “Todo es cuestión de perspectivaâ€.
Jaffe señala que cuando los curadores decidieron qué personas y pelÃculas incluir en la galerÃa de PelÃculas y Cineastas Significativos, “nos hacÃamos constantemente la pregunta: “¿Significativo para quién?†Porque esa respuesta variará mucho, además querÃamos asegurarnos de representar a tantos grupos como pudiéramosâ€.
Sin duda es importante para Cardoso, a quien se le iluminan los ojos cuando habla de la donación de las notas del guion de la pelÃcula, las convocatorias de casting, los guiones gráficos, los fotogramas de producción, las fotos de búsqueda de localizaciones y los dibujos de diseño a la Biblioteca Margaret Herrick de la academia como parte de los Documentos de Patricia Cardoso. Esto convertirá su trabajo en un recurso público y permitirá a los curadores resucitar varias partes del mismo en futuras exposiciones.
“Se siente increÃblemente bienâ€, dice Cardoso sobre su papel en el museo. “Es muy importante que nuestra comunidad crezca viendo imágenes de gente como ellos, que tengan modelos de conducta. Es perjudicial no verse con dignidad y respetoâ€.
Cardoso creÃa que habÃa algo mal en ella durante los más de 15 años en los que no conseguÃa trabajo como directora de cine. VivÃa al lÃmite dÃa a dÃa, mes a mes, preocupada por si perdÃa su casa. Cuando su hijo era lobato y la tropa fue a un refugio para indigentes en Santa Mónica a repartir comida, recuerda que miró a su alrededor y pensó: “En el peor de los casos, aquà es donde podrÃa estarâ€.
Pero entonces empezó a hablar con otras directoras y se dio cuenta de que todas habÃan pasado por lo mismo.
“Y todas lo habÃamos interiorizadoâ€, señala Cardoso. “Pensábamos que era nuestra culpa y que no éramos lo suficientemente buenasâ€.
Finalmente sacó sus numerosos premios del garaje y los colocó en estanterÃas de su casa. También fijó un gráfico circular en su tablón de anuncios que mostraba la escasa proporción de directoras en el negocio, y la cifra cada vez menor de mujeres de color en ese papel.
Se rodeó de recuerdos de su talento como una prueba de realidad, para recordarse a sà misma que “eres buena en esto. Es solo que el mundo no es un lugar justo todavÃaâ€.
Este sentimiento es compartido por la coguionista Josefina López, que escribió la obra de teatro en la que se basa la pelÃcula. Tras el éxito de “Mujeres de verdadâ€, dice, pensó erróneamente: “Vaya, ahora probablemente voy a tener una carreraâ€.
“Se podrÃa pensar que habrÃa conseguido hacer otra pelÃcula. Y no, no ha ocurrido porque esa cinta la hizo un productor independiente fuera del sistema de Hollywood.
El mundo que Cardoso describe en “Las mujeres de verdad tienen curvas†tampoco es un lugar justo, pero las penurias que expone están iluminadas con cariño, gracias a la ayuda de mujeres extraordinarias como la diseñadora de producción Brigitte Broch (“Amores Perrosâ€) y la productora Effie Brown.
Boyle Heights, que a menudo se muestra en la pantalla como un lugar empobrecido de Los Ãngeles lleno de violencia y pandillas, se expone en cambio como una comunidad de familias trabajadoras, llena de murales coloridos, comida apetitosa y música contagiosa. Cardoso impregnó los decorados de calidez y color, pintando de rosa la casa de Ana, añadiendo flores brillantes, asà como vegetación al patio. Cuando filmó las casas de los ricos en el oeste de Los Ãngeles, utilizó grises y azules frÃos.
“Era consciente de que, como personas latinas, no se nos retrataba en toda nuestra experienciaâ€, dice Cardoso. “Y en el este de Los Ãngeles, siempre vi la bellezaâ€.
Cuando estaba entrevistando a los directores de fotografÃa, uno de los candidatos dijo que querÃa que la fábrica textil pareciera un peligroso taller de explotación. Ella no le volvió a llamar. El equipo que finalmente contrató vio la misma belleza que Cardoso en el ir y venir de la vida en el barrio, asà como en la dignidad del trabajo que realizaban sus residentes.
“¡Las cercas de alambre cubiertas de flores! exclama Cardoso. “¡Para mà eso es hermoso!â€.
La comprensión de Cardoso de los matices culturales y su deseo de elevar a los grupos marginados la llevaron de forma natural de la antropologÃa al cine. Al final se inclinó por este último porque querÃa llegar al mayor público que fuera posible. Después de más de una década de sinsabores y frustraciones, por fin está en el camino de reconocer ese objetivo.
“Soy una artista, pero no pienso que sea para un pequeño grupo de personasâ€, dice. “No, quiero que el mundo entero vea mis historiasâ€.
La escritora del Times Julia Barajas contribuyó a este artÃculo.
The Academy Museum of Motion Pictures has opened as the ultimate celebration of Hollywood history, Oscar lore and today’s movie makers.
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