‘Thor: Ragnarok’ es una cinta entretenida, ligera y espectacular
Los Ángeles — Mientras que las cintas de superhéroes de DC se han hecho conocidas por una seriedad que resulta muchas veces excesiva, las de Marvel han tomado usualmente el camino contrario, privilegiando el sentido del humor y el entretenimiento sin caer por ello en ello en la superficialidad completa.
Y ese vuelve a ser el caso de “Thor: Ragnarok”, la tercera aventura individual del Dios del Trueno, aunque, como suele suceder en estas películas, lo de “individual”es relativo, ya que algunas de ellas parecen simplemente extensiones de las entregas colectivas de “The Avengers”, como sucedió con “Captain America: Civil War”, en la que aparecieron varios superhéroes en roles activos.
Para ser claros, el presente filme limita razonablemente ese campo de acción, porque el único otro colega de Thor que tiene un rol trascendente -aparte del titular- es Hulk, lo que nos resulta grato en vista de que no se le ha dado todavía una producción propia, y de que es interpretado por Mark Ruffalo, un actor de lo más competente.
Pero no cabe duda de que las miradas (y no solo las femeninas) estarán puestas en Thor, o mejor dicho, en su intérprete Chris Hemsworth, quien aparece en cierto momento con el torso desnudo (¿cómo no?) y que, en esta ocasión, hace más bromas que nunca, aunque esa gracia no haya sido nunca una de sus características principales en los cómics.
Hablando de cómics, “Ragnarok” toma varias licencias que podrán incomodar a los fans más acérrimos pero que, a estas alturas, le otorgan un aire de novedad a una franquicia que se ha prolongado ya por muchos años, del mismo modo en que lo hacen unas escenas de enfrentamientos armados y de combates espaciales que parecen mucho más propias de las sagas de “Star Wars” y “Guardians of the Galaxy”.
Por el lado de la historia, no hay nada realmente fascinante por aquí: Thor regresa a su planeta de origen (Asgard) para descubrir que su hermano -y archienemigo eventual- Loki (Tom Hiddleston) está en realidad vivo (se supone que murió en “Thor: The Dark World”), y vuelve a unirse a regañadientes con él para dar con el paradero de su padre Odin (Anthony Hopkins).
Tras varias vueltas, ambos terminan en Sakaar, un planeta regentado por el Grandmaster (Jeff Goldblum) en el que Hulk es prácticamente un ser sagrado; y poco después, conocen a su hermana Hela (Cate Blanchett), quien no es precisamente una mosquita muerta, sino una villana sumamente poderosa y sedienta de venganza.
Por fortuna, hay muchos menos enredos que en otras producciones semejantes, pero los suficientes giros dramáticos y sorpresas como para que no todo sea predecible. Sin embargo, lo más importante para el espectador decidido a pasarla bien es que los trámites enteros resultan de lo más entretenidos, acompañados por una serie interminable de efectos especiales de primer nivel que lucen particularmente bien en la versión en 3D.
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