Policía da a conocer un video del traslado de una mujer herida en una patrulla durante la masacre de Las Vegas
A woman with a gunshot wound to the head is loaded into a Las Vegas police car during a shooting rampage on Oct. 1 that resulted in the deaths of 58 people.
Una mujer con una herida de bala en la cabeza es transportada en un vehículo policial en Las Vegas durante el tiroteo, el 1 de octubre de 2017, donde murieron 58 personas.
El oficial de policía ve a la mujer con una herida de bala en la cabeza y decide convertir su patrullero en una ambulancia.
En medio de las enormes bajas, la decisión parece clara.
La escena aparece entre 23 videos dados a conocer el 20 de junio por el Departamento de la Policía Metropolitana de Las Vegas, captados con las cámaras corporales de los oficiales mientras respondían al tiroteo de masas más grande en la historia moderna de Estados Unidos.
Los videos, junto con más de 100 grabaciones de llamadas al 911, fueron parte de la séptima publicación de informes policiales, entrevistas a víctimas y otra documentación relacionada con los homicidios del 1 de octubre pasado.
En las imágenes del vehículo policial convertido en ambulancia, el oficial llega en medio de esporádicos estallidos, mientras el único agresor, Stephen Paddock, dispara desde el piso 32 del Mandalay Bay Resort and Casino, hacia la multitud reunida en un festival de música country.
Finalmente, el tirador mataría a 58 personas y heriría a cientos más.
El oficial, quien no fue identificado por el departamento de policía, carga su escopeta y comienza a ordenar a la gente que se oculte detrás de un edificio.
Se pregunta: “¿Qué... está pasando?”.
A los seis minutos del clip, un hombre se acerca y dice que hay una mujer con una herida de bala en la cabeza. El oficial decide instantáneamente llevarla al University Medical Center (UMC), a unos cinco kilómetros de distancia.
“¡Tráela! ¡Métela! [en la patrulla]”, grita, abriendo las puertas del automóvil.
“¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!”, dice el hombre, que viaja en el asiento trasero junto con la víctima.
“Estamos en el camino a UMC, con una mujer con una herida de bala en la cabeza”, informa otro oficial en el asiento del pasajero delantero, por la radio.
El motor retumba mientras el automóvil acelera. Pasan segundos.
“Vas a estar bien”, le dice el hombre en el asiento trasero a la persona herida. “Sigue respirando conmigo. Sigue respirando conmigo”.
El coche va a toda velocidad, deja atrás el tránsito y pasa el MGM Grand Hotel and Casino. La radio restalla con actualizaciones sobre más víctimas. Se habla de armar equipos de ataque para detener al tirador. Alguien pide que se cierre la Interestatal 15 para todo el tráfico vehicular, excepto los oficiales y las unidades médicas que van a los hospitales.
El automóvil hace un chirrido al pasar por el Excalibur Hotel and Casino y se acelera hacia la rampa, en dirección norte de la autopista.
“Ejerce presión sobre cualquier herida que haya allí”, indica el oficial de policía.
“Sigue respirando”, dice el hombre que está detrás. “Estamos bien, ¿sabes?”.
Los conductores se mueven ante la sirena y las luces intermitentes, pero la línea de vehículos frenados adelante no es alentadora.
“Trata de mantenerla quieta allí”, dice el oficial.
El Bellagio Resort and Casino aparece a la vista, mientras la radio advierte a los oficiales que todavía se encuentran fuera de Mandalay Bay que se pongan a cubierto. La patrulla se acelera por el carril rápido de la I-15.
“¡Vamos!”, grita el hombre que está detrás.
“Está bien”, le dice a la víctima, con voz más suave.
Por la radio, alguien afirma que hay más heridos en el concierto. “Tengan en cuenta que los disparos provienen desde un piso muy alto”, afirma oficial en la escena del tiroteo.
Una motocicleta cede ante el patrullero, mientras el Palace Station Hotel and Casino aparece en la imagen.
Pasaron tres minutos desde que comenzó el traslado.
En el asiento trasero hay silencio. Un hombre en la radio dice que se debe instalar un puesto de comando en Las Vegas Boulevard y Tropicana Avenue.
“Ya casi estamos allí, espera”, le dice el oficial de policía al hombre que está detrás.
“Date prisa”, le responde este.
La radio informa, incorrectamente, que podría haber tres tiradores.
El vehículo maniobra hacia la salida de Charleston Boulevard.
“¿Tiempo estimado de llegada?”, grita el hombre que está detrás.
“¡Un minuto!”, le dice el oficial. “¡Un minuto!”.
El oficial en el asiento del pasajero se pone guantes.
“Sigue hablando con ella”, le dice al hombre de atrás.
El auto pasa el Stratosphere Hotel and Casino y los conos de construcción anaranjados.
“Asegúrate de hacerle compresiones en el pecho”, dice el oficial.
En la radio, otro agente afirma que está en la escalera del piso 32 del Mandalay Bay, cerca de Paddock. El patrullero acelera bajo un paso elevado de la autopista.
“Respira, chica”, suplica el hombre de atrás.
“Ya casi estamos allí, aguanta”, pide uno de los oficiales.
El auto ingresa a la entrada al hospital. Una voz en la radio pide el cierre de Frank Sinatra Drive.
Uno de los oficiales en la patrulla dice al hospital: “Posible 419”: código policial empleado en Las Vegas para un cadáver.
“Vamos, vamos”, pide el hombre de atrás.
El motor del automóvil ruge mientras las luces del hospital se acercan. El automóvil atraviesa una señal de alto y gira a la izquierda, a la entrada del centro médico. La puerta de la patrulla se abre antes de que el vehículo se detenga.
“Sácala de allí. Sácala”, dice una voz.
“¡Date prisa!”, llora el hombre en el asiento trasero.
Finalmente, trasladan a la mujer herida, corriendo hacia las puertas del hospital. “Mantengan su cuello estable”, dice uno de los oficiales.
“Estás bien, chica. Estás bien”, dice el hombre.
“Abre la puerta”, grita un oficial.
Han pasado aproximadamente seis minutos desde que comenzó el traslado. El cuerpo de la mujer está flácido.
La imagen se congela; las imágenes de la cámara corporal llegan a su fin.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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