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Niños, poco espacio: El difícil reto de trabajar desde casa

Sala de estar diseñada por la decoradora de interiores Dina Kirschner en un departamento de Brooklyn, Nueva York
Sala de estar diseñada por la decoradora de interiores Dina Kirschner en un departamento de Brooklyn, Nueva York, en la que al estallar la pandemia del coronavirus creó un espacio para trabajar colocando un escritorio detrás de un sillón.
(ASSOCIATED PRESS)
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Sin aviso previo, millones de padres se encontraron de repente trabajando desde sus casas mientras sus hijos trataban de hacer sus tareas bajo el mismo techo. Los cambios se sucedieron con tanta rapidez que las familias --sobre todo las que no tenían mucho espacio-- apenas si pudieron improvisar soluciones lejos de las ideales.

Seis meses después, muchos decoradores de interiores están ayudando a la gente a hacer cambios grandes y pequeños que favorezcan a toda la familia.

El decorador de interiores Everick Brown dice que la prioridad de sus clientes suburbanos es encontrar espacios tranquilos, que les den privacidad y les permitan tomar videollamadas de Zoom.

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Todos queríamos una habitación con vistas, dice Brown. “Ahora todo el mundo aspira a una habitación con una puerta” que se pueda cerrar y aislarlo de todo.

También se busca salud y bienestar: Un escritorio de parado portátil que pueda ser pasado fácilmente de una habitación a otra, para que la familia pueda compartirlo y turnarse para trabajar de pie.

Hay además bandejas para laptops que se pueden instalar en cualquier escritorio e incluso en la cocina y que permiten trabajar de pie.

Las familias con hijos pequeños pueden conseguir mesas y sillas para niños, según la decoradora Linda Kitson. Es importante que los pequeños puedan apoyar sus pies en el piso cuando están sentados, para concentrarse mejor.

Si eso no es posible, trate de colocar una caja o algo sólido donde el niño puede apoyar sus pies.

En los adultos, el aspecto ergonómico es importante. Asegúrese de que su escritorio, su mesa o su silla tienen la altura indicada, de modo que pueda apoyar sus pies en el piso y tenga soporte en la espalda.

A veces la solución es tomar algunas medidas drásticas.

Kitson tiene una clienta con dos hijas, cada una con habitación propia. Pero decidieron hacerlas compartir una habitación, permitiéndoles elegir colores, y usar la otra habitación como sala de estudios compartida.

Esto permite a las niñas pasar la jornada escolar en una habitación con mucha luz natural y no en la sala de juegos del sótano.

Incluso si no es posible reconfigurar toda una sala, siempre hay formas de encontrar un espacio donde alguien pueda trabajar. No tiene que ser grande. “Lo único que necesitas son 120 centímetros de ancho por 60 de profundidad (48 x 24 pulgadas) para acomodar anotadores, bolígrafo, su laptop o iPad y una lámpara”, dijo Brown.

Algunas familias tal vez descubran que prefieren trabajar en un mismo salón y no en habitaciones distintas, especialmente los padres con hijos pequeños que pueden necesitar ayuda con la tecnología durante las clases virtuales.

“A menudo si un chico está solo en su habitación se distrae muy fácilmente”, dice la decoradora Jenny Dina Kirschner. “Por ello a veces es mejor tener un espacio de trabajo común”.

Un cliente de Kirschner instaló un escritorio detrás de un sillón en la sala de estar. Creó así una minioficina que encaja bien con el resto de la sala.

Las mesas de la cocina pueden ofrecer un buen espacio, pero con aspectos negativos.

“Es el centro de la casa. Puede haber distracciones y además tienes que retirar todo al final de la jornada”, dijo Kitson. Para tal vez volver a traerlo después de la cena.

Encontrar un equilibrio entre le trabajo y la vida diaria es tan importante como manejar bien el espacio, dijo Kitson. La casa no puede ser solo un sitio de trabajo. También hay que disfrutarla.

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