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Hijos de inmigrantes son más resistentes a las adversidades, según estudio

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Los niños de familias inmigrantes sufren menos las experiencias adversas en la infancia (EAI), como el divorcio de los padres y situaciones de violencia, a pesar de crecer en condiciones más difíciles, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins.

Las autoras del estudio, que fue publicado en la revista Pediatrics (Pediatría) de este mes, utilizaron datos de una encuesta telefónica nacional realizada en hogares con más de 12.612 niños hispanos, en su mayoría de familias inmigrantes (66%) y familias nativas de Estados Unidos.

El divorcio de los padres y las dificultades económicas fueron los problemas predominantes para ambos grupos, con un índice de prevalencia del 11,9 % y 32,1 % para los niños de familias inmigrantes, y del 25,5 % y 29,9 % para los hijos de familias nativas.

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Según la doctora Lisa DeCamp, profesora de pediatría de la universidad y una de las autoras, los resultados ofrecen una nueva perspectiva sobre una posible mayor resistencia infantil entre las familias inmigrantes.

Ello fue atribuido en parte al apoyo de redes comunitarias robustas y “una fuerte conciencia de su identidad cultural”, y a factores familiares y comunitarios que ayudan a los niños a “amortiguar los efectos” de las experiencias adversas.

La profesora subrayó en un comunicado que en la actualidad los niños hispanos constituyen una cuarta parte del total de menores estadounidenses.

Los promósticos indican que los hispanos serán el grupo étnico más numeroso del país dentro de 25 a 30 años.

“Es de vital importancia prever e identificar los probables traumas y factores de protección específicos de esta población”, agregó DeCamp, para quien los niños de familias inmigrantes “provienen a menudo de circunstancias difíciles”.

Por su parte, la doctora Tania Caballero, que también participó en el estudio, declaró a Efe que el tipo de encuesta utilizada tiene “flaquezas” y las respuestas de los padres no reflejarían la gama de traumas a los cuales pueden estar expuestos los niños inmigrantes.

“Faltan preguntas sobre traumas específicos sufridos por niños que han tenido experiencias con las redadas de inmigración, deportaciones y separación forzada de familias”, señaló Caballero, para quien en el futuro será necesario “escarbar más” en situaciones que son “súper estresantes para las familias” inmigrantes.

“Tal vez no estamos haciendo las preguntas apropiadas, dirigiéndonos a las experiencias adversas específicas de los niños inmigrantes, como el miedo a la deportación o a la separación”, señaló Caballero, que es becaria clínica y de investigación pediátrica en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Caballero, que es ciudadana estadounidense e hija de un inmigrante argentino, admitió que las experiencias adversas en la infancia (EAI), usadas como base en el estudio, no miden la ansiedad provocada diariamente por las malas noticias que reciben los inmigrantes.

En su opinión, los pediatras y otros especialistas médicos no pueden ignorar esta situación porque su trabajo es estar pendiente de los niños, identificar sus traumas, proteger a las familias y ofrecer tratamientos.

Otro factor que influye em la falta de profundidad en la información sobre los hispanos es que los encuestadores no los incluyen a menudo en grandes estudios nacionales, y cuando lo hacen no preguntan sobre su estatus migratorio, “una información básica que puede ayudar” a comprender mejor la situación de los niños.

Los siguientes pasos para comprender mejor las EAI de los niños hispanos de las familias inmigrantes, indica Caballero, son determinar cuáles, si los hay, son los factores de resiliencia que existen.

Tambié serviría saber qué traumas pueden estar ocultos o ser específicos de esta población para poder guiar mejor las políticas e invertir en recursos que sustenten esos factores y ayuden a tratar dichos traumas.

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