Desde entradas con precios por las nubes, malas condiciones de las canchas, hasta incidentes de violencia, la Copa América 2024 deja un mal sabor de boca a Estados Unidos en cuestión de organización
Los sucesos de violencia ocurridos en una de las semifinales de la Copa América 2024 y la final en Miami terminaron de empapar un evento rico en fútbol, pasión… y mucho desorden.
Desde entradas con precios por las nubes, malas condiciones y dimensiones de las canchas, el calor, el pobre trato a la prensa de Estados Unidos, incidentes entre aficionados y familias de jugadores, hasta el arresto de funcionarios del fútbol sudamericano, la Copa América 2024 deja un mal sabor de boca a este país en cuestión de desorganización y actos de violencia que se pueden apreciar en los diferentes medios de comunicación y videos virales.
Al menos 27 personas fueron arrestadas, 55 de ellas expulsadas del estadio, de acuerdo al comunicado del departamento de policía de Miami-Dade. El estadio reportó que tendrá miles de dólares en pérdidas debido a los daños ocasionados por los aficionados.
Después de que varios aficionados entraron por la fuerza al Hard Rock Stadium de Miami, sede de la final entre Argentina y Colombia ganada por los actuales campeones del mundo, la CONMEBOL culpó a los oficiales del estadio de los Dolphins de la NFL y las autoridades locales por falta de seguridad en el estadio, lo cual ocasionó el acceso a aficionados sin boleto, así como el cierre de puertas al inmueble, dejando fuera a personas con entradas.
“Además de las disposiciones determinadas en dicho contrato, CONMEBOL recomendó a dichas autoridades los procedimientos probados en eventos de esta envergadura, los cuales NO fueron tomados en cuenta”, publicó CONMEBOL en su comunicado.
“Lamentamos que los hechos de violencia producidos por personas malintencionadas hayan empañado una final que estaba lista para ser una gran fiesta del deporte”, agregó la organización sudamericana.
Según el estadio, por un comunicado publicado en X “incluyó un aumento del número de agentes de las fuerzas del orden y de la seguridad, con más del doble de personal que en un evento típico en un estadio con capacidad”. Al conocer que Conmebol le echaba la culpa al Hard Rock Stadium, los oficiales de este inmueble respondieron con otro comunicado en el que decían que en muchas ocasiones se excedieron en las medidas de seguridad recomendadas por CONMEBOL y volvieron a citar el mal comportamiento de los aficionados.
Pero, ¿quién tiene la culpa de todo lo sucedido durante la Copa América? La respuesta es algo complicada.
CONMEBOL, la dueña del torneo, se unió a CONCACAF para organizar esta edición de Copa América, en lo que fue la segunda ocasión que este torneo se disputó en tierras estadounidenses. En 2016, se jugó la Copa América Centenario, con el apoyo de varias ramas familiarizadas con el fútbol de Estados Unidos, como Soccer United Marketing, que hace los partidos de la selección mexicana en este país y con conexiones con la MLS.
Para esta ocasión, en lugar de utilizar a terceros para la organización, la CONMEBOL decidió hacerse cargo en gran parte del evento, colocando a su gente en los puestos y funciones principales del torneo de 24 días de duración.
El problema, algo que debieron de prevenir los representantes de los estadios y oficiales que trabajaron con ellos en este torneo, es que CONMEBOL no es precisamente un ejemplo de orden para sus eventos más importantes. Y existe una larga lista de incidentes que debieron ser banderas rojas de alerta. Por ejemplo, en la final de la última Copa Libertadores hubo incidentes que retrasaron el partido, los cuales incluyeron violencia policial, en el Boca ante Fluminense en Río de Janeiro. En 2022, un Brasil ante Argentina por las eliminatorias rumbo a Qatar 2022 fue suspendido y cancelado después de cinco minutos del pitazo inicial por un problema en el protocolo de jugadores durante la pandemia y en 2018, la final entre Boca y River tuvo que ser disputada en Madrid debido a que no había garantías para el cotejo de vuelta.
Las señales de alerta ya estaban ahí, pero fueron ignoradas o puestas a un lado.
¿Tiene la culpa la CONCACAF y los estadios de Estados Unidos, los cuales albergarán la Copa del Mundo en 2026? Claro que comparten culpa, por darle la mayor parte del control a CONMEBOL de su torneo. Al final, la Copa se disputa en la tierra de los dólares y el orden debe de ser garantizado por la organización más familiarizada con los estadios y sedes.
“Es por eso que nunca debes de vender el control en tu propio territorio si eres CONCACAF/US Soccer”, dijo Herculez Gómez, exjugador y comentarista de ESPN.
Y uno se preguntará: ¿Cómo es posible que un país acostumbrado a albergar Super Bowls, conciertos de alto calibre y grandes eventos, no haya podido con el paquete de una Copa América?
Todo recae en los organizadores responsables de cada uno de estos eventos. En este caso, la CONMEBOL, es la mayor responsable de todo lo sucedido.
Por ejemplo, el Levi’s Stadium de Santa Clara o el State Farm de Glendale, Arizona, han sido sede de Super Tazones y magnos eventos que requieren de alta seguridad, ¿cómo es que no podrían organizar un Colombia vs. Brasil o México vs. Ecuador? El Bank of America Stadium de Charlotte, sede de la Convención Demócrata y duelos importantes de los Panthers de Carolina en la NFL, ¿a poco no puede con un Uruguay vs. Colombia?
Las garantías de seguridad de un evento van de acuerdo a los organizadores y las personas que deciden los aspectos de logística y seguridad. Pero sobre todo, se trata del dinero que quieren gastar estos organizadores en temas de seguridad y la comunicación que existe entre los organizadores y los enlaces con los estadios.
La falta de conocimiento del torneo y de su público por parte de los estadios, es algo que sí debe de servir como una alarma de cara al Mundial de 2026, y que jugó un papel importante en la desorganización.
Después de este vergonzoso “malentendido” entre los organizadores de la Copa América 2024, debería durar mucho para que otra vez este torneo se realice en Estados Unidos, o al menos, bajo las mismas normas de organización. Si eres dueño del AT&T Stadium y puedes generar la misma cantidad de dinero con un concierto de Taylor Swift que un partido de Copa América que podría generar muchos dolores de cabeza, probablemente elegirías un evento con el cual estás familiarizado.
“Esto no es una buena impresión para nosotros, entiendo que no es una buena impresión para CONMEBOL. Pero tampoco es una buena impresión porque está pasando en nuestro país”, expresó Alexi Lalas, analista de FOX Sports, tras las imágenes transmitidas durante la final.
Por otra parte, dejando hacia un lado la falta de organización y desorden que existió en la logística de los estadios a todos sus niveles, también debemos de agregarle la falta de civismo que exhibieron una parte de aficionados, que no eran la mayoría, pero que tampoco estuvieron a la altura.
Fueron incidentes que no son ajenos a lo que presenciamos en partidos en Estados Unidos, pero que fueron más pronunciados debido a la importancia de este torneo, con personas ingresando al estadio de Miami por las vías de ventilación del edificios y otros miles que entraron a la fuerza, sin tener boleto, y luego presumiendo su objetivo en las redes sociales.
Los precios exorbitantes de los boletos, los cuales tampoco mejorarán en el Mundial de 2026, provocan que aficionados que hayan comprado sus boletos a cantidades ridículas, tomen decisiones igualmente exageradas para tener acceso al juego. Es una “pasión” a lo que las autoridades de Estados Unidos tendrán que tener mucha cautela, porque los aficionados, que vendrán en dos años, serán muy diferentes a lo que se vivió en 1994 en último Mundial en tierras estadounidenses, o inclusive a lo que se vive en un partido de la MLS hoy en día. La Copa América fue una probadita de lo que podemos ver en cuestión de compartimiento irrazonable de algunos aficionados.
La FIFA, organizadora de la Copa del Mundo 2026, es una maquinita muy bien aceitada para los Mundiales. Esta organización ya tiene experiencia y sabe qué hacer en momentos donde se requiere de alta seguridad. Tampoco me queda duda de que habrá inconvenientes en 2026, al final de cuentas, cuando se mezcla la pasión, el fútbol y el alcohol, muchas cosas pueden suceder, pero esperemos que no sean de los extremos de esta Copa América 2024.
Por lo pronto, el Mundial está cada vez más cerca y la Copa América 2024 quedará en el pasado, como un torneo dónde se cometieron varios errores, y el cual es muy probable que no veamos en tierras estadounidenses en mucho tiempo.
A menos que el amor por el dinero y a la avaricia supere los límites de la pasión y el sentido común.
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