Medallista de oro Miguel Ponce aprendió a tener paciencia tras deportación de su madre
Ponce estaba aún en pañales cuando su madre fue deportada. Su familia tuvo que mudarse a México, con excepción de su padre, quien se quedó a trabajar en California
Nadie le puede contar a Miguel Ángel Ponce lo que es sentirse un jugador binacional. Y lo ha vivido con todos los retos que eso implica.
El exelemento de Chivas de Guadalajara y ahora jugador de los Strykers de Ontario en la Major Arena Soccer League, nació en Sacramento, California, pero su vida dio un giro muy grande cuando aún estaba en los brazos de su mamá. Su madre, María, fue deportada y Ponce, junto a sus tres hermanos, tuvieron que mudarse a Zacoalco de Torres, Jalisco, México.
Esa separación dividió a su familia, pues su papá se quedó a trabajar en California.
Ponce y su familia tuvieron que buscar la forma de vivir, trabajando en el campo y vendiendo verduras. Eventualmente, su familia se mudó a Tijuana para que su papá pudiera visitarlos más seguido, y eso también permitió al ‘Pocho’ jugar en la frontera y acudir a la escuela en San Ysidro, donde siguió destacando como futbolista. El resto de su historia es conocida: se lo llevaron las Chivas para sus fuerzas básicas después de verlo en un torneo nacional amateur y debutó con el Tapatío en 2008. Dos años más tarde, jugó en primera división con el Guadalajara, uno de los grandes de la Liga MX, con el que militó por varios años.
En la selección ganó una medalla de oro olímpica en Londres 2012, uno de los logros internacionales más importantes de México en el balompié.
Aunque Ponce no se acuerda de esos momentos difíciles de su familia, su mamá se encargó de contarle un día.
“Mi mamá trabajaba en Estados Unidos, ella trabajaba haciendo el aseo para unas casas. Alguien cercano a ella le echó la migra, llegaron allá a trabajar donde ella estaba y le pidieron que abandonara el país”, explicó Ponce en entrevista con LA Times en Español.
Su mamá entonces llevó a Ponce, el menor de sus hijos, y a sus otros tres hermanos, Yesenia, Laura y Heriberto, a México.
“Para ella sí fue un momento difícil, complicado, porque también tenía que separarse de mi papá. Mi papá tenía que seguirse quedando en Estados Unidos para seguir trabajando y pues, obviamente, mi mamá, con todos los otros se tenía que regresar a México para hacer su vida, porque ya no podía hacerla cerca de mi papá ni en Estados Unidos”, expresó Ponce.
Creció con raíces mexicanas, pero también sabía que había nacido en otro país. Al regresar a la escuela en Estados Unidos, se adaptó a nuevas costumbres, pero señaló que siempre se sintió más mexicano porque se crió en Jalisco. Una vez que Ponce se estableció en el conjunto de Guadalajara llevó a sus dos padres a vivir con él.
Actualmente su mamá ya tiene una visa que le permite venir a Estados Unidos, algo que el mismo Ponce la ayudó a obtener. Sin embargo, el jugador californiano dijo que no fue fácil pues toda su adolescencia no la podía traer a California.
Ponce señaló que toda la experiencia le enseñó a ser paciente.
“Todo llega a su tiempo. Hay momentos para todo. Sabíamos que a lo mejor quizá no era el momento para que mi mamá estuviera con nosotros y nos acompañara acá de este lado”, expresó Ponce, de 34 años.
Debido a su historial, Ponce simpatiza con los jugadores como Cade Cowell (Chivas) y Brandon Vázquez (Monterrey), dos elementos que han sido noticia por representar a Estados Unidos y jugar en la Liga MX. Para Ponce, las puertas se deben seguir abriendo para futbolistas mexicoamericanos en el fútbol mexicano.
“Al final de cuentas, ellos no deciden donde nacer. Posiblemente, sus papás, por cualquier cosa, deciden estar o venirse a los Estados Unidos”, indicó Ponce. “Realmente es bueno que sigan saliendo nuevos talentos de este lado. Y si te pones a buscar en Europa, también habrá mexicanos que estén de aquel lado y que también si les presentas la oportunidad de jugar para un equipo como Chivas o Monterrey, seguramente no se la van a pensar y van a aceptar, y van a querer vivir esa experiencia”.
De acuerdo a Ponce, él nunca sintió presión extra por ser nacido en Estados Unidos y jugar con Chivas, pero sí sintió una exigencia mayor porque estaba en un equipo muy popular.
UNA TEMPORADA MUY DIFÍCIL EN ONTARIO
La llegada de Ponce y su excompañero de Chivas, Marco Fabián, parecía que le iba a inyectar fuerza al equipo de Strykers pero este equipo ha tardado en adaptarse.
El equipo tiene un récord actual de tres triunfos y 19 derrotas. Ocupa el último puesto del Oeste y de la Liga en puntuación. Fabián ha disputado 20 partidos, en los que ha anotado 32 goles, con 12 asistencias. Ponce ha sido parte de ocho partidos, con un gol y una asistencia.
“Ha habido muchos cambios y es normal cuando quieres hacer cambios y armar otro proyecto. Entonces, obviamente los resultados no son los que esperábamos, pero así es esto, cuando estás cambiando, la gente está tratando, estás aprendiendo. Entonces, por eso es que pasan este tipo de cosas. Pero estamos a la mejor disposición, queriendo hacer las cosas bien, trabajando todos los días para mejorar y estoy seguro que el siguiente torneo, la cosa va a ser muy diferente”, declaró Ponce, quien tiene un año más de contrato con el equipo de Ontario en la MASL.
El Strykers tendrá su último partido de la temporada en casa este domingo, 31 de marzo, cuando enfrenten al Tacoma Stars en el Toyota Arena a partir de las 4 p.m. Hora del Pacífico.
DOLOR POR LA SELECCIÓN MEXICANA
Ponce también habló de la derrota que sufrió México en la Nations League en la final ante Estados Unidos. Para Ponce, la selección estadounidense ha mejorado mucho y es algo que la selección mexicana debe de aprender.
“Estados Unidos está haciendo las cosas bien, apostó por mucho joven, todos los jóvenes están jugando en Europa, la mayoría en equipos importantes. Creo que a México también le falta eso, tener más jugadores en el extranjero, pero es difícil cuando los quieres vender muy caros, es difícil que te los compren”, dijo Ponce. “Realmente hay que darles todas las facilidades para que se vayan, para que jueguen, para que aprendan de todos los mejores. Y eso también va a ayudar a que el nivel de la selección crezca y también tomar la mejor decisión en cuanto a la selección de jugadores, a quienes convocas y a quién metes. Es difícil ver a Santi (Giménez, que es uno de los mejores mexicanos en Europa, en la banca. Entonces, realmente yo creo que no se están tomando las mejores decisiones”.
Para Ponce, también el problema está en quién toma las decisiones en México.
“Si sigue estando la misma gente o siguen viendo más el negocio que lo futbolístico, va a ser complicado que podamos obtener resultados diferentes. Si queremos que esta selección gane cosas importantes, gane torneos y que en el Mundial pueda hacer un gran papel, tienen que cambiar muchísimas cosas y tiene que trabajar más en lo deportivo, ver qué es lo que están fallando en esa parte y darle por ahí, porque si lo que nos preocupa es nada más el negocio, la verdad es que estamos mal”, añadió.
Antes de otorgar a Arabia Saudí la sede de la Copa del Mundo masculina 2034, la FIFA aprobó la calidad de su candidatura, según un reporte de 110 páginas dado a conocer el sábado y que señaló mayores riesgos relacionados con los derechos humanos en el reino petrolero.
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