Columna: Russell Westbrook es bienvenido si pone en primer lugar a sus nuevos compañeros de los Lakers
¡Bienvenido a casa, Russell Westbrook!
Bueno, posiblemente. Sí, probablemente. Bien, ya veremos.
Los Lakers ganaron un 18º campeonato o iniciaron un incendio de 18 alarmas el jueves, cuando adquirieron al tempestuoso Westbrook de los Wizards de Washington, a cambio de Kyle Kuzma Montrezl Harrell, y a Kentavious Caldwell-Pope.
A primera vista, Westbrook es la más sexy de las incorporaciones a un equipo con LeBron James y Anthony Davis, el perfecto compañero de Hollywood, un chico local de Leuzinger High y UCLA que ha vuelto a casa después de 13 años de vagar por los desiertos de la NBA.
Es nueve veces All Star, tiene el mayor número de triples-dobles de la historia de la NBA, ha liderado la liga en asistencias tres veces y en anotación dos veces, juega duro todo el tiempo y es uno de los mejores jugadores vivos.
Sin embargo, también es un gran problema. Necesita el balón. Exige ser el centro de atención. Requiere que la ofensiva pase por él, y cuando no lo hace, a menudo agarra a esa ofensiva por el cuello y la sacude hasta someterla. Ha acompañado a grandes jugadores antes y los resultados siempre han acabado siendo un desastre.
Ha jugado con Kevin Durant, James Harden y con Bradley Beal, pero con ninguno pudo funcionar.
Hay una razón por la que los Lakers serán su cuarto equipo en cuatro años. A sus 32 años, Westbrook se ha convertido en un jugador que no se acopla y hay pocas probabilidades más allá de su gran habilidad, que hagan pensar que los Lakers puede ser donde finalmente podrá encajar.
Uno de los números más impresionantes de Westbrook son los puntos encestados por partido a partir de las asistencias. Ha liderado la liga en esa categoría varias veces y los Lakers terminaron 18º en ese departamento el año pasado.
Los Lakers necesitan un facilitador, pero si bien Westbrook acumula asistencias, generalmente toma malos tiros en momentos clave y es famoso por sacar adelante a su equipo en los partidos difíciles.
Los Lakers necesitan desesperadamente tiradores de tres puntos y Westbrook no lo es. Lleva cuatro años de mala racha que ha reducido su porcentaje de carrera desde la línea de tres puntos al 30.5% (el líder de la NBA en esta categoría tiraba el 47.5%).
Aunque parezca que los Lakers no están cediendo mucho en el trato, Kuzma y Caldwell-Pope eran jugadores de equipo de campeonato, algo que Westbrook nunca ha sido, ¿cómo reemplazar ese intangible? Harrell nunca encajó defensivamente en su único año con el uniforme de los Lakers, pero también era un fuerte integrante cuya dureza se echará de menos.
Este acuerdo también es tenue porque requerirá la unión no solo de Westbrook, sino de sus dos compañeros de equipo más consumados.
¿Lebron? ¿Hola? Ya no juegas de base. No estás controlando el tiempo y forzando la acción. Ahora eres un ala-pívot, ¿te parece bien?
¿A.D.? ¿Ves esto? Vas a tener que moverte al centro a tiempo completo, mezclarte mucho más alrededor del aro, poner tu cuerpo en forma para manejar las batallas ¿estás bien con eso?
Los Lakers necesitaban añadir potencia de fuego a la lista del año pasado, propensa a las lesiones y lo han hecho, pero ¿a qué precio? Había al menos otra opción posible y deseable.
Olvídate de lo que se dice sobre Buddy Hield, de Sacramento, porque es tan potencialmente divisivo como Westbrook. Pero ¿qué tal ese otro chico local que quería volver a casa, DeMar DeRozan, de San Antonio, procedente de Compton? ¿No habría sido una apuesta más segura?
Lo más positivo de Westbrook es su probable motivación. Ha estado en 11 postemporadas y aún no ha ganado un anillo. Podría llegar aquí con una nueva actitud de humildad y trabajo en equipo, así como estar dispuesto a sacrificar todos esos triples-dobles por un campeonato de la NBA.
Ya ha sucedido muchas veces antes. Incluso ha ocurrido en esta ciudad, este verano, cuando el descontento Albert Pujols fue básicamente expulsado de los Angels y firmó con los Dodgers.
Este columnista escribió que Pujols no traería al clubhouse de los Dodgers más que distracciones. Sin embargo, he de admitir que me equivoqué. Según todos los indicios, Pujols ha sido una adición estupenda, un líder fuerte y solidario.
¿La razón del cambio? Pujols vio la oportunidad de otro campeonato y está haciendo lo que sea para conseguirlo.
Quizá Westbrook vea esa misma posibilidad con su nuevo equipo en su ciudad natal, y ajuste su juego para adaptarse al ataque de los Lakers y se convierta en el complemento perfecto para su misión.
Más vale que así sea.
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