Algo no cambiará en estos Juegos Olímpicos: una gran cantidad de medallas para EE.UU.
TOKYO — Los múltiples recordatorios de que estos Juegos Olímpicos no son normales tienen forma de paneles divisores de plástico, que separan a cada atleta en las mesas del comedor de la Villa Olímpica. Los pequeños viales que los participantes, funcionarios, medios de comunicación y otros titulares de credenciales deben llenar regularmente con saliva para detectar el coronavirus. Los omnipresentes controles de temperatura; las gradas que no tendrán espectadores en la gran mayoría de las 42 sedes de competencia.
Aunque la creciente pandemia de COVID-19 transformó el evento de 17 días en un desafío de salud pública tan grande como un espectáculo atlético, una cosa debería permanecer igual en medio de la imprevisibilidad de la inauguración de los Juegos, este viernes.
Se pronostica que Estados Unidos gane más medallas que cualquier otro país por séptimo evento olímpico consecutivo.
El equipo incluye nombres conocidos, como Simone Biles, Allyson Felix, Katie Ledecky y Megan Rapinoe, además de una gran cantidad de atletas como Caeleb Dressel, Sydney McLaughlin y Nyjah Huston, que están preparados para unirse a ellos como figuras de la competencia olímpica más inusual en la historia moderna.
Gracenote, una empresa de análisis y datos deportivos que estima el recuento de insignias señaló esta semana que existe la “posibilidad de que los JJ.OO. de Tokio sean más impredecibles de lo normal”. La compañía utiliza una fórmula basada en competencias recientes, por lo cual la pandemia volvió un caos muchos de sus cálculos debido a las competencias interrumpidas, las rutinas de entrenamiento irregulares, los viajes limitados y atletas enfermos.
La compañía predice que Estados Unidos ganará 96 medallas, incluidas 40 de oro. La cifra es menor que las 121 que tuvo en los Juegos de Río de Janeiro, en 2016. Las medallas se obtendrían en 27 de los 33 deportes. Rusia, China, Japón y Gran Bretaña completan los cinco primeros, aunque se espera que ninguno se acerque al total de Estados Unidos.
“Normalmente, un pronóstico basado en datos de los Juegos Olímpicos proporciona una buena evaluación de cómo se verá el medallero”, comentó Simon Gleave, jefe de análisis deportivo de Gracenote, en un correo electrónico. “Sin embargo, siempre habrá países y atletas con un rendimiento superior o inferior en comparación con sus resultados anteriores a la competencia, y esta es la razón por la que el deporte es tan atractivo. Nunca podremos saber realmente lo que sucederá”.
Puede que eso nunca sea más cierto que en esta edición de la competencia. Un puñado de atletas estadounidenses, incluido el jugador de baloncesto Bradley Beal, la estrella del tenis Coco Gauff y la jugadora de baloncesto de tres contra tres Katie Lou Samuelson, ya dieron positivo por el virus y no viajaron a Japón. Kara Eaker, una gimnasta suplente de EE.UU, dio positivo durante el entrenamiento en Japón y está aislada.
Algunos países han moderado las expectativas de sus actuaciones debido a la incertidumbre desenfrenada, tanto en los meses de preparación como frente a la posibilidad inminente de que una prueba positiva ponga fin a las esperanzas de medalla de un atleta. Gran Bretaña se conformó con una amplia gama de metas de preseas en lugar de un objetivo específico, mientras que Australia bajó el número por completo después de Río. Durante una conferencia de prensa el mes pasado, el presidente del Comité Olímpico Japonés, Yasuhiro Yamashita, pareció retroceder en el objetivo del grupo de ganar 30 oros.
“Las condiciones previas cambiaron drásticamente para los atletas japoneses”, destacó. “Este no fue un evento en el que fueran posibles proporciones adecuadas”.
Mitsugi Ogata, otro funcionario del comité de Japón, dijo esta semana que el objetivo de las 30 medallas “puede no tener la misma importancia” que antes de la pandemia.
Pero siguen existiendo grandes expectativas para el equipo de EE.UU, que incluye a más de 50 medallistas de oro. Michael Phelps, el atleta olímpico más condecorado de todos los tiempos, que se retiró después de ganar cinco oros en Río, será ahora un comentarista de la NBC en lugar de un favorito para las preseas. Sin embargo, el país todavía tiene mucho talento para llamar la atención.
La gimnasia de Biles, una atleta que desafía la gravedad, es una de las principales atracciones, lo cual la convierte en una de las favoritas para recolectar oros en los ejercicios de piso y salto, además de en la competencia por equipos.
Ledecky es otra figura de cartel. El nadador tiene récords mundiales en los estilos libres de 400, 800 y 1.500 metros, también nadará los 200 de la misma categoría, quien además de alguna manera, hace que las carreras de larga distancia parezcan cosa de rutina.
“Sé que esto va ser una especie de evento olímpico hecho para la televisión, por lo que espero que todos en el mundo sintonicen, disfruten y reconozcan la belleza del trabajo que estos atletas han realizado durante los últimos cinco años”, dijo Ledecky este mes durante el campamento de entrenamiento en Hawái. “Sé que no lo daremos por sentado ni pasaremos por alto la magnitud de este tipo de evento”.
Felix competirá en sus quintos JJ.OO. -corriendo los 400 metros- mientras que Rapinoe es una de las estrellas del poderoso equipo de fútbol femenino.
El equipo masculino de florete, clasificado número uno en el mundo en cuatro de los últimos cinco años, podría ganar el primer oro por equipos del país en esgrima.
A ellos se une un extenso grupo de atletas prometedores. Dressel, cuya manga de tatuajes en su brazo izquierdo indudablemente veremos frecuentemente durante la competencia de natación, donde se enfrentará por hasta siete medallas. Es claramente un territorio de Phelps, ya que Dressel es uno de los favoritos para ganar sus tres carreras individuales (50 y 100 estilo libre así como 100 mariposa) y podría unirse a cuatro relevos. McLaughlin, de solo 21 años, ostenta el récord mundial de 400 con vallas. El velocista Noah Lyles tiene el mejor tiempo del mundo en los 200 este año. Huston, que ya es una figura trascendente en el skate, ayudará a este deporte a hacer su debut olímpico. “Es mucho más grande que cualquier otra competencia. Agrega mucha presión”, reconoció Huston. “Con los Juegos Olímpicos, debes sacar todos los mejores trucos para ganar. Tengo algunas cosas en mente. He estado trabajando en algunos nuevos. Estuve practicando dos movimientos novedosos durante el año pasado y tuve que volver a aprender algunos viejos”.
Sha’Carri Richardson podría haber eclipsado a la mayoría de los más de 600 miembros del equipo de EE.UU, la joven de 21 años con el cabello teñido de naranja, ganó los 100 en las pruebas de pista y campo el mes pasado, parecía ser la mejor oportunidad del país de ganar el oro en el evento desde que Gail Devers lo hizo con la carrera en los Juegos de Atlanta, en 1996. Pero Richardson fue suspendida un mes después de dar positivo por THC, el ingrediente principal de la marihuana, por lo que no competirá, un castigo que encendió la furia mundial.
Independientemente de ese revés o del riesgo de predicciones para el equipo de EE.UU en medio de una pandemia, muchos atletas estadounidenses se llevarán a casa las medallas hechas con material extraído de electrónicos reciclados como teléfonos celulares y cámaras digitales.
“Las mujeres, si nosotros logramos lo necesario, podemos ganar cada oro individual”, afirmó Lilly King, la medallista de oro defensora de los 100 en nado de braza, del equipo de natación femenino. “Creo que sería genial, ¿verdad? Pero realmente, con solo mirarlo, creo que es una posibilidad genuina”.
La arrogancia de años de éxito bañado en oro no se ha desvanecido. La única pregunta es cuántas medallas habrá.
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