Las autoridades estaban escuchando cuando Ramón Amaya llamó a su esposa desde la cárcel de la ciudad de Pomona.
Amaya, un pandillero apodado Happy, dijo en una lÃnea grabada que esperaba que un juez lo enviara a la cárcel principal del condado en el centro de Los Ãngeles.
Y se quejó de los “asquerosos†macarrones que le habÃan dado de comer en la cárcel. “DeberÃa dejar de comerâ€, le dijo a su mujer, “porque voy a tener que cagarâ€.
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Para las autoridades que investigan el tráfico de drogas en las cárceles, las palabras de Amaya tenÃan sentido.
Tras conseguir su deseo de ser trasladado a la Cárcel Central de Hombres, Amaya fue sorprendido contrabandeando unos dos gramos de heroÃna y siete de metanfetamina. El recluso habÃa escondido la droga “dentro de su cavidad analâ€, declaró un agente del FBI, “y no querÃa que nada interrumpiera eso†-un juez indulgente o un malestar estomacal- “hasta que llegara a la cárcel del condado de Los Ãngelesâ€.
Amaya, según las autoridades, era un engranaje de la lucrativa operación de la mafia mexicana en las cárceles del condado. La Mafia Mexicana, unos 140 hombres que controlan a los miembros de las bandas latinas tras las rejas y en las calles del sur de California, ha considerado durante mucho tiempo el complejo carcelario del condado de Los Ãngeles -el mayor del paÃs- como una base de poder y una fuente de riqueza.
El sistema penitenciario del condado no parece ser un sitio lleno de dinero. La mayorÃa de las cerca de 15.000 personas recluidas en sus seis instalaciones son indigentes. No se les permite llevar dinero en efectivo, y el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ãngeles, que supervisa las cárceles, controla lo que se vende en el interior.
La mafia mexicana utiliza dos esquemas principales para ganar dinero en las cárceles. El primero se llama “gatitoâ€.
Los reclusos pueden comprar bocadillos, artÃculos de aseo y ropa en la tienda de la cárcel. Por cada 7 dólares que un miembro de la banda latina gasta, debe contribuir con 1,50 dólares en artÃculos a una colecta, o kitty, según explicó en un juicio reciente Luis “Hefty†GarcÃa, un asociado de alto rango de la mafia mexicana.
“Puede parecer una cantidad pequeñaâ€, testificó GarcÃa, “pero acumulado, es una gran cantidad de dineroâ€.
Las colectas se venden dentro de la cárcel a un recluso que paga la mercancÃa y le pide a un amigo o pariente en la calle que envÃe el dinero a un interno miembro de la mafia mexicana que dirige el centro.
Cada semana, la caja producÃa entre 1.500 y 2.500 dólares de la cárcel central de hombres, 1.000 dólares de Twin Towers y unos 3.200 dólares del complejo carcelario de Castaic conocido como Wayside, declaró GarcÃa. Esto suma unos 23.000 dólares al mes.
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El otro esquema es el impuesto de los “terciosâ€.
Las cárceles del condado están inundadas de narcóticos. GarcÃa, por ejemplo, testificó que vendÃa metanfetamina, heroÃna, cocaÃna, marihuana - “la mayorÃa de las drogas que se puedan imaginarâ€- mientras estaba recluido en la Cárcel Central de Hombres.
Cada miembro de la banda latina que vende drogas en las cárceles debe ceder un tercio de su suministro al miembro de la mafia mexicana que controla la instalación, según GarcÃa y los agentes de la ley. El miembro de la mafia mexicana hará entonces que un subordinado venda los “tercios†y se embolsará el dinero.
“No tienes otra opción que dar ese tercioâ€, dijo GarcÃa, aunque el “diezmo†no está exento de beneficios. Los clientes saben que no deben “quemar†a un comerciante que paga impuestos, que puede utilizar a los agentes de la mafia mexicana para castigar a un deudor moroso, dijo.
Los agentes incautaron un libro de contabilidad en la casa de la novia de GarcÃa, que recogÃa su dinero; el cuaderno contenÃa muchas docenas de números de Green Dot, con los nombres de los clientes, las instalaciones donde estaban detenidos y las cantidades que habÃan pagado.
Para compensar el riesgo y la dificultad de introducir la droga en las cárceles, los traficantes pueden cobrar 10 veces o más el precio de los estupefacientes en la calle, declararon los testigos. Un gramo de heroÃna cuesta unos 50 dólares en la calle, pero una cuarta parte de esa cantidad puede llegar a costar 150 dólares en la cárcel, declaró GarcÃa.
Cuando un miembro de una banda latina entra en la cárcel del condado, declaró el agente del sheriff del condado de Los Ãngeles, Devon Self, debe registrarse con un recluso que supervisa un piso de la cárcel para la Mafia Mexicana, y proporcionar su nombre legal, apodo, banda, número de reserva y próxima fecha de juicio. Estos encargados de pasar lista añaden esta información al “pase de listaâ€, que Self describió como una “lista de todos los reclusos que tienen, todos los pandilleros, todos los soldados que tienen a su disposiciónâ€.
Los miembros de la Mafia Mexicana utilizan el pase de lista para pasar mensajes y drogas entre las instalaciones en los viajes a los tribunales, el único lugar donde se mezclan los reclusos de todo el sistema penitenciario, explicó Self.
Con el pase de lista, el gatito y el sistema de tercios, “la mafia mexicana funciona en la cárcel del condado de Los Ãngeles como -supongo que a falta de una palabra mejor- una máquina bien engrasadaâ€, declaró Self.
Dada la cantidad de dinero en juego, las cárceles del condado siempre han sido un activo codiciado para la Mafia Mexicana.
Durante los seis años siguientes, MartÃnez dirigió la cárcel, según los fiscales. Según la acusación presentada por la oficina del fiscal del distrito del condado de Los Ãngeles, MartÃnez recaudó decenas de miles de dólares en impuestos sobre la droga, corrompió a un agente del sheriff que introducÃa heroÃna y metanfetamina, y derrotó un intento de otro miembro de la mafia mexicana, Darryl “Búho Nocturno†Baca, que querÃa disputarle parte del sistema penitenciario.
La disputa entre MartÃnez y Baca, que estaba encarcelado a cientos de kilómetros de distancia en Pelican Bay, provocó una serie de apuñalamientos en las cárceles en 2009 y 2010, según los fiscales.
Trejo, que habÃa dirigido la Cárcel Central de Hombres y las Torres Gemelas en nombre de MartÃnez, llamó a Miguel “Big Speedy†Calderón, un miembro de la banda Westside Primera Flats que trabajaba para Landa-RodrÃguez. Trejo querÃa asegurarse de que el traspaso de poderes fuera “legÃtimo†para que no hubiera “confusiónâ€.
GarcÃa, que se convirtió en la mano derecha de Landa-RodrÃguez, testificó que su jefe acusó a otro de los ayudantes de MartÃnez, Rafael “Stomper†Carrillo, de la banda de las Avenidas, de embolsarse dinero que le debÃa a la Mafia Mexicana. Carrillo fue obligado a pagar a Landa-RodrÃguez 15.000 dólares, dijo GarcÃa.
Las multas son otra forma en que los miembros de la Mafia Mexicana ganan dinero en las cárceles. Los reclusos no tienen ningún recurso para evitar los pagos, salvo acudir a las autoridades o ingresar en un ala de protección de la cárcel.
“Básicamente, un hermano puede multar a cualquiera por la razón que quieraâ€, dijo un asociado de la Mafia Mexicana a los investigadores, según una transcripción de la entrevista revisada por el Times. “Realmente no cuestionamos lo que dicen. Si dicen que es azul y es negro, es azulâ€.
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Las autoridades testificaron que Landa-RodrÃguez controlaba la Cárcel Central de Hombres y las Torres Gemelas, pero que cedió el complejo Wayside a otro miembro de la Mafia Mexicana, Robert “Peanut Butter†Ruiz, que salió de prisión a principios de 2014.
Para dar alguna escala del dinero que ganaban, uno de los subordinados de Ruiz, Miguel “Peewee†RodrÃguez, testificó que recaudaba 20.000 dólares al mes en ganancias de gatitos e impuestos sobre la droga en la Correccional del Norte del Condado, una de las seis cárceles del sistema del condado.
En 2016, las cárceles habÃan vuelto a manos del hombre que las controlaba antes de MartÃnez: Michael “Mosca†Torres, un miembro de la Mafia Mexicana de San Fernando, según las pruebas presentadas en un juicio contra el lugarteniente de Torres.
Torres habÃa dirigido anteriormente el sistema penitenciario del condado mientras estuvo recluido allà por cargos de intento de asesinato entre 2003 y 2007, según el testimonio de los testigos en ese caso.
Desde la prisión estatal, donde cumple una condena de entre 45 años y cadena perpetua, Torres ha asumido una especie de papel de cuidador de la Cárcel Central de Hombres, la más lucrativa de las cárceles del condado, según la transcripción de una entrevista que las autoridades hicieron a uno de sus socios. Torres reparte los beneficios entre “todos los hermanosâ€, dice la transcripción.
Matthew Ormseth is a reporter for the Los Angeles Times. Before joining The Times in 2018, he covered city news and state politics at the Hartford Courant.