Más problemas en L.A. por las decenas de armas robadas en los trenes
En agosto, agentes de policía de Los Ángeles arrestaron a dos personas en Lincoln Heights que portaban un par de relucientes pistolas calibre 22, nuevas.
Las armas estaban limpias, como recién compradas, en un estado nada similar al de aquellas que se encuentran después de los arrestos. Solo unos días más tarde, los oficiales que patrullaban en el vecino noreste de Los Ángeles detuvieron a una persona con una pistola parecida, en las mismas condiciones.
Un rastro de las armas reveló que provenían de un lote de 36 pistolas que habían sido reportadas como perdidas mientras eran enviadas por tren a Tennessee, informaron funcionarios del Departamento de Policía de Los Ángeles.
Uno de los sospechosos arrestados reveló que las había comprado en la calle y que provenían de trenes de carga en los patios ferroviarios cercanos, en Lincoln Heights. De forma casual, mencionó que no podía pagar por una escopeta que se ofrecía a la venta, añadieron los investigadores policiales.
Poco después, el LAPD y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos arrestaron a otros dos sospechosos, con dos de esas escopetas, y luego se enteraron de que eran parte de un envío perdido de 46 artículos similares en total.
Estos robos son una mirada aleccionadora a la vulnerabilidad de las redes ferroviarias que son parte de las rutas de suministro de una cantidad incalculable de armas destinadas a tiendas y consumidores cada año. Fuentes policiales le dijeron a Los Angeles Times que están investigando si una discusión sobre el armamento hurtado condujo al asesinato de un hombre.
“Tengo 24 años en el LAPD, soy exmilitar, poseo autorización secreta y aun así debo esperar 10 días para obtener un arma de fuego nueva. En tanto, estos tipos entran en los contenedores sin candados y las obtienen”, expresó el capitán Germán Hurtado, quien supervisa la División Hollenbeck del LAPD, donde se encuentran los patios ferroviarios. “Estas armas estaban desprotegidas... Dios sabe cuántas se han robado de esa manera”.
Solo se recuperó un puñado de las 82 armas que fueron robadas de los trenes en el vecindario del lado este de la ciudad. Los investigadores todavía no están seguros de la cantidad que pudieron haber sido sustraídas, comentó Hurtado.
Una pandilla en el lado este de Los Ángeles orquestó los robos, según los detectives del LAPD. La disputa sobre quién se beneficiaría del armamento sustraído de los patios de trenes de Union Pacific parece estar vinculada con el asesinato de una persona involucrada en el delito, según varias fuentes policiales que no estaban autorizadas a hablar en público.
Comprender que habían tomado tantas armas de los trenes, y la posibilidad de que también se hubieran robado muchas más, fue escalofriante, reconoció Hurtado. “Esto es más grande de lo que pensábamos. No solo apuntan a zapatos y esas cosas. Esto es a nivel del crimen organizado”.
El asalto de la carga llamó la atención del país a principios de este mes, cuando imágenes de los escombros que los ladrones dejaron en las vías de Union Pacific se volvieron virales. La compañía ferroviaria precisó que recorre unas 275 millas de vías en el condado de Los Ángeles; desde diciembre del 2020 fueron atacados en promedio 90 contenedores al día. La mayoría de los delitos ocurrieron en dos patios ferroviarios, incluido Lincoln Heights.
Union Pacific, que tiene poder policial sobre las vías, y los funcionarios del orden, han discutido sobre quién es culpable de los robos de carga. Oficiales y exempleados aseguran que la empresa redujo sus fuerzas de seguridad en los últimos años, en medio de recortes más amplios, y ello generó más vulnerabilidad. La compañía afirmó que tiene agentes adicionales en el condado de Los Ángeles, pero se negó a especificar la cantidad que se asignan al área.
“Necesitamos medidas estrictas de rendición de cuentas para detener estos robos, y las necesitamos ahora”, dijo el concejal Kevin de León, quien representa el área. “Las familias que represento tienen suficiente de qué preocuparse ya con la violencia de las pandillas, la contaminación del aire y el alto costo de vida; no deberían estar mortificadas por las armas de fuego que fluyen desde los ferrocarriles federales hacia sus vecindarios”.
No hubo mención a las armas robadas la semana pasada, cuando el gobernador Gavin Newsom lideró una limpieza de los patios ferroviarios en medio de una gran audiencia de reporteros y espectadores.
El hurto de las armas se mantuvo en gran parte en secreto hasta esta semana, cuando el jefe de policía de Los Ángeles, Michel Moore, lo informó a la Comisión de Policía Civil. El tema se convirtió en un problema a nivel nacional.
Los detectives de homicidios del LAPD investigan actualmente si la muerte de Leopoldo ‘Boxer’ Esquivel, el 16 de agosto del pasado año, en Valley Boulevard y Block Place, estuvo relacionada con un lote de armas robadas.
Un amigo llevó al hombre de 34 años, que tenía dos heridas de bala, en la cabeza y el cuerpo, al Centro Médico del Condado de Los Ángeles-USC, donde murió.
Dos fuentes policiales señalaron que Esquivel era miembro de la pandilla Metro 13, y que recibió un disparo mortal después de un desacuerdo sobre las armas robadas. El hombre tenía tatuado “Metro” en el pecho y “Metro Boys” en el dorso de su mano izquierda, según muestran los registros de la necropsia.
Según Hurtado, los detectives encontraron a un testigo que escuchó el tiroteo, pero no había evidencia física. Luego apareció escrito “RIP Boxer” en una pared cercana. Los detectives de homicidios están investigando si el crimen estuvo relacionado con las armas, pero no lo han corroborado aún.
Esquivel fue declarado culpable de portar un arma de fuego cargada durante un arresto el 20 de diciembre del 2019 y estuvo 16 meses en la cárcel. Un año después fue detenido bajo sospecha de delito grave de posesión de arma, un caso penal que estaba pendiente al momento de su muerte.
A raíz del tiroteo, la pandilla en prisión de la Mafia Mexicana, que ejerce influencia sobre muchas otras agrupaciones similares, trató de evitar una escalada de violencia por las armas, acusando a los rivales de no compartir la recompensa, según dos fuentes policiales no autorizadas para discutir el tema.
No está claro cuántas armas pasan por los patios ferroviarios de Los Ángeles, incluido el muy transitado de Lincoln Heights. Los investigadores federales y del LAPD señalan que, según los datos de inteligencia recopilados en la calle, podría haber municiones también entre el botín robado.
Union Pacific se negó, el viernes por la noche, a comentar sobre el tema, citando la “investigación penal activa”. “Podemos decir que, como todos los ferrocarriles, transportamos una variedad de bienes y productos, y trabajamos de cerca con nuestros clientes, los reguladores estatales y federales y otros, para garantizar la seguridad de todo lo que trasladamos”, aseguró el portavoz en un correo electrónico enviado a The Times. “Necesitamos el apoyo de nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley, especialmente de su experiencia y sus habilidades de investigación, para abordar el aumento de la delincuencia organizada que apunta a nuestros trenes en Los Ángeles”.
Los titulares de licencias federales de armas de fuego están obligados por ley a denunciar el robo o la pérdida de éstas. El gobierno federal instituyó nuevas reglas en 2016 después de que los datos mostraran que desde los años fiscales 2010 hasta 2014, las fuerzas del orden recuperaron más de 6.600 armas que fueron rastreadas hasta comerciantes que aseguraron no haberlas recibido, pero no informaron el robo o la pérdida a las autoridades federales.
Pero esas normas no exigen que las compañías que transportan armamento denuncien el robo o la pérdida.
Según Ginger Colbrun, vocera de la ATF en Los Ángeles, la oficina no puede comentar sobre la investigación en curso, pero destacó que la agencia está ayudando al Departamento de Policía de Los Ángeles.
Desde agosto, el LAPD ha estado involucrado en 128 arrestos relacionados con robos en los patios ferroviarios, pero solo unos pocos de los detenidos han sido procesados, según Hurtado.
En una carta dirigida a Union Pacific el año pasado, el procurador de distrito del condado de Los Ángeles, George Gascón, afirmó que la empresa ferroviaria había presentado 47 casos para su consideración, más de la mitad mostrados por su oficina.
El día después de que Newsom se presentó ayudando a embolsar escombros y denunciando los robos, el LAPD arrestó a seis personas más que habían estado bajo vigilancia por delitos relacionados con los asaltos de trenes.
Esta semana, se agregaron cámaras de seguridad cerca de la vía férrea de Lincoln Heights. Pero la medida no detuvo los robos, aseguró Robert Vega, un residente de Lincoln Heights que vive cerca de allí. “Se nota que aún hay actividad”, comentó. “Veo algunos contenedores abiertos todavía”.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.