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Los adultos jóvenes impulsan el aumento del COVID-19 en el sur de California

A patient on a hospital cot covers her eyes.
Patient Danielle Wilson 19, tests positive for COVID-19 of at MLK Community Care in Los Angeles.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Los nuevos casos diarios se duplican cada dos días en el condado de Los Ángeles, con más del 70% en adultos menores de 50 años. Las hospitalizaciones siguen siendo menores que en las oleadas anteriores.

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El sur de California entró al 2022 en medio de un rápido aumento en los casos de coronavirus de la variante Ómicron. Son los adultos de entre 18 y 49 años los que transmiten el virus a un ritmo acelerado, y los funcionarios instaron al público a reducir las reuniones de los fines de semana festivos para ayudar a frenar el pico.

El condado de Los Ángeles registró más de 27.000 contagios nuevos el último día de 2021, muy por encima del promedio máximo del invierno pasado, de 16.000 por jornada. Casi una de cada cuatro personas a las que se les hace la prueba dan positivo a una infección por coronavirus, señalaron las autoridades.

Los totales diarios de nuevos episodios de coronavirus se duplican cada dos días. El martes se reportaron 9.473; el miércoles, 16.510; el jueves, 20.198; y el viernes, 27.091. La tasa de pruebas positivas para el periodo de siete días más reciente fue del 22.4%, el doble de lo registrado para la semana que culminó en Navidad, de 11.4%.

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A nurse wears a headband reading "Goodbye 2021"
Marlene Parrotte, RN y administradora de atención de MLK Community Health Care, escucha durante las rondas matutinas en la UCI.
(Francine Orr / Los Angeles Times)

Más del 70% de los casos de coronavirus en el condado de Los Ángeles del 22 al 28 de diciembre se produjeron entre adultos menores de 50 años. Durante el pico del invierno pasado, los adultos en ese rango de edad representaron el 55% de los contagios. Las tasas de transmisión por cada 100.000 personas aumentaron más rápidamente en ese grupo etario.

Los índices de los adultos más jóvenes, entre los 18 y los 29 años, son más de ocho veces más altos que hace un mes. Y entre los de entre 30 y 40 años, los casos son seis veces más arriba.

“Muchas de las personas de este grupo de edad son miembros importantes de nuestra fuerza laboral”, expresó esta semana Bárbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles. “Y es muy probable que también sea gente que salga de sus casas por recreación”, agregó. “A menudo, este conjunto etario no experimenta las peores consecuencias del aumento de la transmisión. Y, a veces, eso dificulta que estén atentos al cumplimiento de todas las medidas de seguridad de salud pública”.

Las tasas de casos se duplicaron para los niños de cinco a 11 años y triplicaron para los adultos de 65 a 79 años.

En el condado de Orange, son los adultos de 18 a 44 los que están provocando la transmisión del coronavirus, comentó la doctora Regina Chinsio-Kwong, funcionaria adjunta de salud.

El modelo de COVID-19 del estado estima que en el sur de California y el área de la Bahía de San Francisco, cada persona infectada transmite en promedio el virus a otras 1.5, lo cual significa que la propagación aumenta rápidamente. Las tasas son todavía más elevadas en los condados de L.A., Orange y San Francisco, donde se estima que el número es de 1.7.

Las tasas de infecciones crecen entre las personas de todos los estatus de vacunación, pero aquellas no inoculadas siguen siendo las más propensas a dar positivo. Durante la semana que terminó el 18 de diciembre, 375 de cada 100.000 residentes del condado de L.A. no vacunados dieron positivo. Para aquellos que están inoculados, pero tienen la dosis de refuerzo, fue de 173 por 100.000. La cifra entre los residentes con refuerzo aplicado fue de 65 por 100.000.

A pesar del aumento en el número de infecciones, hasta ahora se han hospitalizado a mucho menos pacientes con COVID-19 en este quinto brote, que durante los dos últimos anteriores.

Los funcionarios de salud expresaron su optimismo de que los síntomas en los casos relacionados con Ómicron son menos graves que los de variantes anteriores. Eso puede deberse en parte a que, aunque esta cepa parece ser más infecciosa para las vías respiratorias, es menos para el tejido pulmonar, donde pueden generarse problemas respiratorios y la muerte.

También es probable que la gravedad de los contagios sea menor en general porque muchas personas han sido vacunadas. Durante el aumento repentino del invierno pasado, se habían inoculado muy pocas aún, debido al suministro limitado.

Los CDC recomiendan ahora las vacunas COVID-19 de Pfizer y Moderna en lugar de la inyección de J&J, alegando el riesgo de que se produzcan raros coágulos de sangre.

Sin embargo, los enormes aumentos en los nuevos casos de coronavirus tienen a los funcionarios de salud preocupados de que los hospitales, especialmente en áreas con bajas tasas de vacunación, puedan verse afectados por una gran cantidad de pacientes si la transmisión sigue siendo tan alta y el virus encuentra una gran cantidad de personas no inoculadas. Aquellos que no han recibido una sola dosis tienen mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por COVID-19.

Las hospitalizaciones por COVID-19 en el condado de L.A. crecieron un 72% desde el 23 de diciembre, cuando 850 personas estaban internadas; el recuento más reciente disponible mostró que el número aumentó a 1.464 hasta el jueves. No obstante, la cifra es una quinta parte del recuento del año anterior, cuando había 7.628 personas positivas en centros médicos. Eso estuvo cerca del máximo histórico de la pandemia, de 8.098 pacientes hospitalizados por COVID-19, registrado el 5 de enero de 2021, una época en la que las morgues de los nosocomios estaban desbordadas.

En todo California, 5.433 pacientes con COVID-19 fueron hospitalizados el jueves, un alza del 48% con respecto a la semana anterior. Pero, nuevamente, el recuento de hospitales del estado fue una fracción de lo que era hace un año, cuando 20.640 pacientes con coronavirus estaban internados en toda la entidad, acercándose al máximo histórico de 21.938, registrado el 6 de enero.

Las hospitalizaciones por COVID-19 crecieron de manera más dramática en el último mes en el sur de California y el área de la Bahía de San Francisco, donde las cifras se han casi duplicado, y aumentaron notablemente en el área del Gran Sacramento. Allí, la tasa se elevó aproximadamente un 30%.

El sur de California ahora tiene el peor índice de hospitalización por COVID-19 en el estado. Por cada 100.000 residentes, esta zona informa 16 pacientes internados; las áreas del Gran Sacramento y el Valle de San Joaquín, 14; la zona rural del norte de California, 12; y el Área de la Bahía, siete. Se considera preocupante una tasa de cinco o más.

Dentro del sur de California, el Inland Empire tiene una de las peores tasas, con 27 hospitalizaciones por cada 100.000 residentes en el condado de San Bernardino y 19 en el de Riverside. El condado de San Diego tiene un índice de 15 por 100.000; los de L.A. y Orange, 14; y el condado de Ventura, 12.

Ferrer remarcó que todos los esfuerzos deben centrarse en evitar que los centros médicos colapsen. “Dado que la mayoría de las personas en nuestros hospitales con casos graves por COVID no están vacunadas, quienes aún no se inocularon o no tienen su dosis de refuerzo deben mantenerse alejadas de los demás tanto como sea posible para evitar infectarse o contagiar a otros”, destacó en un comunicado el viernes.

Se cree que la variante Ómicron es de dos a cuatro veces más contagiosa que la Delta, previamente dominante. Las personas elegibles para una dosis de refuerzo pero que aún no la han recibido tienen un mayor riesgo de infección.

“Los datos de Sudáfrica y el Reino Unido demuestran que la eficacia de la vacuna contra la infección con dos dosis de una vacuna de ARNm es aproximadamente del 35%. El refuerzo restaura la efectividad del antígeno contra la infección al 75%”, destacaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU en un comunicado.

Informes recientes en el condado de Los Ángeles mostraron un aumento en los trabajadores de la salud infectados con coronavirus, que se espera que “genere estrés en nuestros sistemas de atención médica”, según Ferrer.

Los residentes del condado de L.A. de 80 años o más “tienen el mayor aumento en hospitalizaciones en las últimas dos semanas” en comparación con otros grupos etarios, destacó la funcionaria. En el condado de Orange, el 87% de las personas hospitalizadas con COVID-19 no están vacunadas.

Los recuentos diarios de nuevas admisiones hospitalarias pediátricas por COVID-19 en todo el condado de Los Ángeles fueron de cero a uno a principios de diciembre, y crecieron a alrededor de cinco a siete por día más recientemente, indicó Ferrer. “Éste es un pico, sin duda, pero quiero señalar que todavía es un número general relativamente pequeño”, agregó.

En general, con los casos en aumento vertiginoso, los funcionarios estatales y locales afirman que no hay necesidad de nuevas disposiciones de cierres de negocios o de quedarse en casa, pero examinan reforzar los requisitos en ciertos entornos para la aplicación de vacunas o la presentación de pruebas negativas de coronavirus.

El viernes, el Departamento de Salud Pública de California anunció una nueva orden para requerir que los asistentes a eventos bajo techo con 500 o más personas muestren una prueba de vacunación completa o un testeo negativo reciente para ingresar. La orden entrará en vigencia el 15 de enero. Actualmente, solo las reuniones en lugares techados con 1.000 o más asistentes están sujetos al requisito.

El estado también anunció un endurecimiento de los requisitos de vacunación y pruebas para las personas que deseen visitar a los residentes de hogares de ancianos. A partir del 7 de enero, quienes deseen acudir a esos sitios deben estar al día con sus vacunas, incluido el refuerzo si son elegibles, y proporcionar evidencia de una prueba reciente de coronavirus negativa.

Un visitante que no haya cumplido con esos requisitos aún podrá reunirse con los residentes de un hogar para adultos mayores en las instalaciones, pero al aire libre únicamente, e incluso así deberá proporcionar una prueba de una prueba de coronavirus negativa reciente.

Si un residente no puede salir de su habitación para reunirse con un invitado sin prueba de vacunación o test negativo reciente al aire libre, el encuentro podrá realizarse en el interior, pero no podrá llevarse a cabo en un área común o en la recámara si hay un compañero de cuarto presente. La orden exime a los visitantes de un paciente en estado crítico y con riesgo de muerte inminente.

El jueves, California emitió nuevas recomendaciones para el aislamiento de personas infectadas con el virus, una guía más estricta que la creada a principios de la semana por los CDC. El estado recomienda que los asintomáticos e infectados con coronavirus puedan salir del aislamiento después del quinto día de obtenida una prueba positiva, solo si ya obtienen un resultado negativo.

Por el contrario, las recomendaciones de los CDC no piden una prueba negativa de seguimiento; la agencia recomienda que quienes terminan el aislamiento continúen usando mascarilla alrededor de otras personas durante cinco días más.

“Los días venideros serán muy desafiantes para todos nosotros, ya que nos enfrentamos a un número de casos extraordinariamente alto que refleja la transmisión generalizada del virus”, indicó Ferrer. “Para asegurarnos de que las personas puedan trabajar y asistir a la escuela, todos debemos actuar de manera responsable”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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