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El aumento de Ómicron en California llega mientras los casos repuntan; lanzan advertencia

Pasajeros con cubrebocas esperan transporte en el Aeropuerto Internacional
Los pasajeros usan cubrebocas mientras esperan el servicio de transporte en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el martes.
(Gary Coronado / Los Angeles Times)
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El aumento de Ómicron ha alcanzado a California, con nuevos casos de coronavirus aumentando rápidamente y funcionarios de salud pública en algunas partes del estado advirtiendo que los hospitales podrían verse gravemente afectados por un incremento de pacientes en las próximas semanas.

Los datos muestran que los nuevos casos de coronavirus en el estado aumentaron en los últimos días, y los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles esperan que la variante Ómicron supere a Delta en dos semanas.

Pero los funcionarios enfatizaron que las vacunas, y especialmente las dosis de refuerzo, brindarán a los californianos que las reciban una fuerte protección contra enfermedades graves, lo que podría hacer que el próximo incremento sea menos mortal que el devastador invierno del año pasado.

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“No es momento para entrar en pánico, sino un momento para estar alerta”, señaló el Dr. Grant Colfax, director de Salud de San Francisco.

El hecho de que las hospitalizaciones superen las cifras del año pasado depende de varios factores: Qué tan grave será Ómicron y si los residentes cumplen con los mandatos de uso de cubrebocas, evitan los entornos públicos cerrados y arriesgados llenos de gente, así como los niveles de vacunación y de aplicación de refuerzos.

Pero esto es cierto: Ómicron ha llegado a California y ha comenzado un aumento. Los casos de coronavirus están cada vez más vinculados a la nueva variante, y los funcionarios de Los Ángeles y San Francisco esperan una temporada desafiante para los hospitales, que posiblemente rivalice con el incremento del invierno pasado.

Los funcionarios indican que todavía no hay planes para cierres de empresas, lo que sugiere que las pruebas y las vacunas frecuentes hacen que las disposiciones para quedarse en casa sean una estrategia obsoleta.

Las ciudades están adoptando otros enfoques preventivos, como la decisión de Oakland esta semana de unirse a Los Ángeles, San Francisco, West Hollywood y Berkeley para exigir una prueba de vacunación al ingresar a espacios interiores en los restaurantes y gimnasios.

El alcalde de San José quiere exigir que todos los empleados de la ciudad reciban dosis de refuerzo como condición de empleo y que cualquier persona que ingrese a las instalaciones que sean propiedad de la ciudad haga lo mismo.

Siete campus de la UC han retrasado el regreso a clases presenciales, y todos los campus de UC y Cal State requerirán refuerzos para los estudiantes elegibles. El gobernador Gavin Newsom ha requerido refuerzos para los trabajadores de la salud con la esperanza de proteger a la comunidad médica, a medida que se saturan los hospitales.

Ómicron ahora constituye el 73% de los casos de coronavirus del país, frente al 13% de la semana anterior.

El condado de Los Ángeles confirmó el martes 102 nuevos casos de la variante altamente mutada. Eso es más del doble del total de los 49 casos confirmados de Ómicron que se habían informado en todo el estado al Departamento de Salud Pública de California hasta el pasado miércoles.

Para el miércoles, había 191 casos confirmados, asociados con la variante Ómicron, registrados en el estado.

“En las próximas dos semanas, casi todo será Ómicron”, informó la directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.

“Debe asumir que es Ómicron”, dice Ferrer que el condado ahora les comenta a los residentes recién infectados, “y que realmente debe estar aislado porque es altamente contagioso”.

Delta también sigue siendo un gran problema. El condado de Los Ángeles está experimentando un “aumento asombrosamente rápido” en los casos de coronavirus recientemente confirmados, con más de 6.500 infecciones adicionales reportadas solo el miércoles, según un alto funcionario de salud. El último número de casos, 6.509, es más del doble del total registrado el martes.

Según un análisis del Times de datos estatales, San Francisco informa 192 casos de coronavirus por semana por cada 100.000 residentes hasta el martes, un aumento del 315% desde el 1 de diciembre.

La tasa para el condado de Los Ángeles es de 198, un incremento del 170%; y la tasa del condado de Orange es de 102, un ascenso del 49% durante el mismo período de tiempo.

Una tasa semanal de casos de coronavirus de 100 o más infecciones nuevas por cada 100.000 residentes se considera alta, un nivel que sitúa a los condados en la peor categoría de la escala de cuatro niveles de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).

“Estamos experimentando el aumento que hemos estado anticipando que iba a surgir”, detalló Colfax a los comisionados de salud de San Francisco esta semana. “Estamos viendo un incremento muy grande de casos y suponemos será sostenido”.

Las autoridades sanitarias del condado de Los Ángeles expresaron una preocupación aún mayor por el impacto potencial de Ómicron en los hospitales.

No hay certeza de si la variante da como resultado una enfermedad similar a la de Delta o produce síntomas menos graves. Sin embargo, la respuesta a esa pregunta podría ayudar a determinar si los hospitales del condado de Los Ángeles podrían verse abrumados nuevamente este invierno.

Los CDC explicaron que la variante Ómicron se está propagando rápidamente no solo porque es más transmisible, sino también porque tiene una mayor probabilidad de contagiar a las personas, incluso a las que han sido vacunadas o infectadas previamente.

Ferrer comentó que los primeros datos apuntan a que Ómicron tiene aproximadamente tres veces más probabilidades de causar una infección que la variante Delta. Un estudio de Gran Bretaña sugiere que sobrevivir a una enfermedad por coronavirus ahora ofrece relativamente poca protección contra la reinfección y que Ómicron presenta un riesgo de reinfección cinco veces mayor que el de otras variantes.

Es probable que las personas inoculadas, si terminan contrayendo una infección de irrupción, se enfermen menos gravemente a causa de Ómicron, especialmente si han recibido una dosis de refuerzo.

Ferrer citó varios escenarios para el próximo invierno, el peor es Ómicron, siendo mucho más contagioso que Delta, causando la misma gravedad de la enfermedad que Delta, sin cambios en las tasas de vacunación, dosis de refuerzo o distanciamiento social. Eso podría significar que las hospitalizaciones por COVID-19 en California serían dos veces más graves que el invierno pasado, aumentando a 50.000 pacientes en toda la entidad, desde un máximo de casi 22.000 el año pasado.

“Y es un pensamiento aún más insoportable por el agotamiento de los trabajadores de la salud y la escasez de personal que ha continuado, no solo en California, sino en todo el país, tras esa época terrible”, señaló Ferrer.

Si la enfermedad de Ómicron es la mitad de grave que la provocada por Delta, esas ganancias se ven anuladas por el ultracontagio de la nueva variante. Si la vacuna y las dosis de refuerzo no mejoran, eso aún resultaría en un “escenario de pesadilla” para el estado y el condado de Los Ángeles, manifestó Ferrer.

La situación más esperanzadora sería si la enfermedad de Ómicron fuera la mitad de grave de Delta y el estado pudiera duplicar su consumo de dosis de refuerzo, aumentar su tasa de vacunación al 80% y reducir la cantidad de contactos cercanos de los residentes durante el próximo mes. Eso resultaría en un pico invernal en todo el estado de 10.000 pacientes con COVID-19 a fines de enero, aproximadamente la mitad del incremento del invierno pasado y un 20% peor que la ola generada por Delta durante el verano.

“Aunque 10.000 hospitalizaciones en todo el estado son mucho más de lo que quisiéramos ver, es más manejable que las alternativas”, puntualizó Ferrer. “Siendo realistas, para evitar el peor de los escenarios, tenemos que trabajar ahora mismo para aumentar las inoculaciones y las inyecciones de refuerzo”.

Hasta el martes, California tenía 3.589 personas con COVID-19 en sus hospitales.

Experts say about most Americans will need to be vaccinated to bring the coronavirus pandemic under control. Track California’s progress toward that goal.

En el condado de Los Ángeles, el 66% de los residentes de todas las edades están completamente vacunados, según datos del condado. En San Francisco, esa cifra es del 80%.

Las altas tasas de inoculación y de refuerzo se encuentran entre las razones por las que los funcionarios de salud de San Francisco parecen optimistas de que se puede resistir un aumento repentino de hospitalizaciones por COVID-19 en invierno.

La ola de pacientes hospitalizados por COVID-19 el año pasado en San Francisco fue mucho menor que la que afectó al condado de Los Ángeles. San Francisco nunca observó en sus hospitales el tipo de crisis que tuvo el condado de Los Ángeles.

En el punto más álgido del aumento del invierno pasado, San Francisco tuvo hasta 259 pacientes con COVID-19 hospitalizados, un récord el 12 de enero. Las proyecciones publicadas por Colfax muestran que es plausible que podría haber más de 500 hospitalizaciones por coronavirus en San Francisco este invierno.

Colfax comentó que los hospitales de la ciudad enfrentarán una “época desafiante”, pero no sugirió que se sentirían abrumados. De hecho, detalló que la ciudad está bien equipada para manejar la ola de casos de Ómicron, dadas sus tasas de inoculación extraordinariamente altas.

“Así que estamos en una mucho mejor situación debido a todo el compromiso y el arduo trabajo que los habitantes de San Francisco han hecho para vacunarse por completo, así como recibir un refuerzo cuando son elegibles”, subrayó.

En términos de inyecciones de refuerzo, San Francisco todavía tiene trabajo por hacer, pero está mejor posicionado que otros lugares. Hasta la semana pasada, casi el 50% de los habitantes de San Francisco elegibles para un refuerzo había recibido uno, en comparación con aproximadamente un tercio de los elegibles en todo el país, indicó Colfax.

La ciudad no ha tenido un incremento repentino en las hospitalizaciones; por lo general, toma de 10 a 14 días después de que un aumento en los casos de coronavirus se refleje en más hospitalizaciones, indicó Colfax.

Los nuevos casos podrían alcanzar niveles récord. Lo que se informa en lugares como Gran Bretaña y la ciudad de Nueva York probablemente llegue pronto a San Francisco, explicó Colfax.

“El cronograma para la propagación de Ómicron es de días, no de semanas, como lo fue para Delta”, señaló.

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