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Las golpizas, amenazas y robos se normalizan entre los trabajadores de la comida rápida de California

Miles de incidentes violentos tuvieron lugar en restaurantes de comida rápida
Miles de incidentes violentos o amenazantes tuvieron lugar en restaurantes de comida rápida como McDonald’s, Jack in the Box, Carl’s Jr. y Burger King.
(ASSOCIATED PRESS)
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Tanto cajeros, como cocineros y trabajadores de limpieza de los restaurantes de comida rápida exponen su vida a diario, en un ambiente de trabajo donde deberían sentirse protegidos.

Por ejemplo, los datos de las llamadas al 911 compiladas por la organización de trabajadores Fight for $15, muestran que más de 77.000 incidentes violentos o amenazantes tuvieron lugar en restaurantes de comida rápida en nueve ciudades importantes de California entre 2017 y 2020.

Entre los restaurantes se encuentran McDonald’s, Jack in the Box, Carl’s Jr. y Burger King.

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María Pinzón, trabajadora de Oakland McDonald’s, forma parte de ese informe, asegurando que los empleados trabajan con miedo por su salud y seguridad. Lo peor de todo, sostiene, es que estos hechos violentos se han normalizado y en muchos casos las gerencias no toman medidas.

“Solo el año pasado, hubo tres robos a mano armada en el local que trabajo, pero la gerencia no ha hecho nada para protegernos”, dijo. “No deberíamos tener que arriesgar nuestras vidas por hamburguesas y papas fritas. Siempre estamos nerviosos, preocupados de que nuestro próximo turno sea el último. Necesitamos tener voz en nuestro empleo, para que venir a trabajar ya no sea una cuestión de vida o muerte”, manifestó.

El informe publicado el martes revela la “crisis de violencia” en curso que afecta a la industria de la comida rápida, y expone cómo las empresas como McDonald’s y Burger King no han logrado proteger a sus trabajadores de asaltos, robos a mano armada y más.

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Los incidentes violentos reportados incluyen también el de un trabajador de McDonald’s en Los Ángeles, quien golpeó accidentalmente a un cliente con una pala para recoger basura, el cliente se escondió detrás del automóvil del empleado y lo golpeó dos veces en la cabeza, lo que le provocó una conmoción cerebral. El gerente de la tienda se negó a llamar a la policía u ofrecerle al trabajador atención médica.

Otro hecho, según el informe, ocurrió en un McDonald’s en San José. En ese incidente, un cliente de autoservicio se enojó por el precio de su pedido y le dijo a la trabajadora: “Debería dármelo gratis”. Cuando la empleada se negó, el cliente respondió: “¿Qué estás haciendo aquí, maldita perra? Vuelve a tu país”. Luego, el cliente salió de su automóvil, corrió hacia el frente de la tienda y comenzó a golpear y patear la puerta.

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The Fight for $15 y trabajadores activistas recopilaron registros de llamadas al 911. En un total de 643 ubicaciones, hubo 77.200 incidentes violentos o amenazantes que resultaron en una llamada al 911 para solicitar asistencia policial entre 2017 y 2020.

Muchas ubicaciones individuales generaron cientos de llamadas en el lapso de cuatro años, hasta siete por semana. Solo las ubicaciones de McDonald’s dieron cuenta de 47.600 llamadas; Burger King hizo 8.036.

Una parte significativa de estos incidentes (13 por ciento) involucraron agresión física o sexual. En total, se contabilizaron 10.000 llamadas relacionadas con asalto y asalto sexual en estos lugares entre 2017 y 2020. En algunas ciudades, la cantidad de llamadas relacionadas con asalto es mucho mayor. En San Francisco, por ejemplo, el 32 por ciento de las llamadas violentas o amenazantes involucran agresión. En San Diego, es el 22 por ciento y en Los Ángeles, el 16 por ciento.

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Cipriano Belser, organizador de la Coalición para la Seguridad y Salud Ocupacional del Sur de California, dijo que estos datos revelan una realidad que los trabajadores enfrentan íntimamente todos los días.

“La violencia en el lugar de trabajo a menudo es normalizada o considerada como ‘solo una parte del trabajo’ por los empleadores”, manifestó Belser.

El organizador añadió que no es normal que los trabajadores se lastimen, traumaticen o mueran en el lugar de empleo.

“Necesitamos fuertes protecciones, como AB 257, para garantizar que los trabajadores de comida rápida vuelvan a casa, tal como debe ser, después de un día de trabajo”.

Balser habla de una medida que plantea proteger a los trabajadores. La AB 257, o la Ley de Recuperación FAST, haría que los trabajadores de la comida rápida, los franquiciados y los empleadores trabajen juntos para establecer estándares de salud y seguridad en toda la industria.

Los franquiciados de comida rápida a menudo se ven paralizados por “onerosas limitaciones económicas y operativas” impuestas por los franquiciadores corporativos, que también les permiten escapar de la responsabilidad. La AB 257 les daría a los trabajadores una voz para enfrentar la violencia, sostienen los activistas.

En una carta que acompaña al informe, destacados expertos laborales e investigadores de California argumentaron que estos nuevos datos sirven como evidencia adicional de la necesidad de dar a los trabajadores una voz en el trabajo.

Kevin Riley, director del Programa de Salud y Seguridad Laboral de UCLA, Laura Stock, directora del Centro de Investigación y Educación Laboral de UC Berkeley y Ken Jacobs, presidente del Centro de Investigación y Educación Laboral de UC Berkeley, escribieron en la carta en conjunto que el “informe subraya la necesidad urgente de estrategias de prevención de la violencia en los negocios de comida rápida y otros sectores minoristas”.

“Dada la naturaleza agrietada de la industria de la comida rápida, es fundamental que los responsables políticos busquen soluciones innovadoras que reúnan a todas las partes interesadas, incluidos los trabajadores de primera línea, para resolver problemas como la violencia en el lugar de trabajo en esta industria”.

Los legisladores de California considerarán la AB 257 cuando la legislatura estatal se vuelva a reunir en enero.

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