Anuncio

Después de ser aceptados por UCLA, USC y otras universidades, los estudiantes tienen ahora su momento de elegir

A family goes on campus tour at Claremont McKenna College
Lisa Ramapuram, izquierda, y su hija, Rhea Mistry, estudiante de último año en Riverside Polytechnic High School, disfrutan de una vista panorámica de Claremont McKenna College durante un recorrido por el campus con Jennifer Sandoval-Dancs, de la oficina de admisión.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Los estudiantes aceptados se encuentran en una posición de poder este mes, ya que las universidades competitivas intentan impresionarlos para que digan que sí en un año de récord de solicitudes para la Universidad de California y otras escuelas de élite.

Share via

Durante unos tensos meses, entre el momento en que presentó sus solicitudes universitarias y recibió las notificaciones trascendentales, Rhea Mistry esperó y dudó. ¿Eran sus calificaciones de preparatoria lo suficientemente fuertes como para que sus universidades predilectas la aceptaran entre miles de otros estudiantes, en una de las temporadas más competitivas de la historia?

“Es terriblemente estresante”, reconoció la alumna de Riverside Polythecnic High School. “Piensas: ¿He hecho lo suficiente? ¿No he hecho lo necesario? Uno se expone para que juzguen básicamente si cumplió o no”.

Aunque no llegó a la Universidad de Columbia y quedó en lista de espera en Barnard College, fue admitida en UC Berkeley, UCLA, UC Riverside, USC, la Universidad de San Diego, la Universidad de Nueva York, la Universidad Chapman y tres de las sedes de Claremont: Claremont McKenna, Pitzer y Scripps.

Anuncio

Muchas instituciones eligieron a Rhea; ahora llegó su momento de elegir.

A family tours Claremont McKenna College.
Claremont McKenna College retomó los recorridos en persona después de cancelarlos, el año pasado, en medio de la pandemia de COVID-19. La jornada por la universidad es una ayuda clave para los estudiantes que deben tomar su gran decisión.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Abril marca el mes en que las cosas cambian en la temporada de admisiones universitarias: el momento en el que los campus esperan que los estudiantes de sus sueños las acepten a ellas como casas de estudio antes de la fecha límite para la decisión, el 1º de mayo.

Así como los solicitantes presentaron sus altas calificaciones, rigurosos cursos y logros extracurriculares, además de entregar sus ensayos sinceros, las instituciones están en estos días en ‘modo de ventas’. Es un momento estresante para mostrar la solidez de sus programas académicos, los diversos clubes estudiantiles, las instalaciones del campus, las redes de exalumnos y la ayuda financiera disponible para sellar el trato con sus solicitantes cuidadosamente seleccionados.

“Pienso en ello casi como un péndulo oscilante”, comentó Gary Clark, director de admisión de estudiantes universitarios de UCLA. “Cuando los jóvenes se postulan para colegios y universidades, viven ese tiempo como algo estresante y se preguntan: ¿Cuál me elegirá a mí?. Ahora soy yo quien debe sentarse a esperar a ver quién nos elige”.

UCLA es la universidad más popular del país, con más de 140.000 solicitudes para aproximadamente 6.300 vacantes de primer año para el otoño de 2021. Sin embargo, alrededor del 60% de los aplicantes rechazan las ofertas de admisión de UCLA. El año pasado, por ejemplo, el campus de Westwood admitió a 15.602 solicitantes para alcanzar su objetivo de inscripción de aproximadamente 6.400.

Entre los nueve campus de pregrado de la Universidad de California, Berkeley tiene la proporción más alta de estudiantes que aceptan ofertas -conocida como tasa de rendimiento-, de alrededor del 45%. Para la mayoría de los otros campus, solo dos de cada 10 admitidos aceptan la oferta. Este año, la USC aceptó a 8.800 posibles alumnos de primer año para alcanzar su objetivo de inscripción de aproximadamente 3.100.

“No damos nada por sentado”, indicó Clark. “Los estudiantes admitidos en UCLA probablemente también sean aceptados en toda una serie de colegios y universidades fenomenales. Creemos que es importante hacer un esfuerzo adicional para convencer a los jóvenes y sus familias de por qué deberían elegirnos”.

Los recorridos por el campus, añadió Clark, son un atractivo clave, pero la pandemia suspendió las visitas en persona durante la primavera pasada y ahora. A medida que disminuyen los nuevos casos de COVID-19 y se flexibilizan las restricciones estatales sobre las reuniones, Claremont McKenna College y la Universidad de La Verne fueron dos de los pocos campus que reanudaron los recorridos limitados en persona.

 Hiram E. Chodosh, Claremont McKenna College president, greets prospective students.
Hiram E. Chodosh, presidente de Claremont McKenna College, saluda a los futuros estudiantes durante un recorrido por el campus.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

En un día de primavera reciente, Jennifer Sandoval-Dancs, vicepresidenta asociada de admisión y ayuda financiera de Claremont McKenna, mostró el campus a Rhea y su madre, junto con otras dos familias de San Diego y Washington, D.C.

En un punto culminante del recorrido, Rhea disfrutó de la vista panorámica y las cercanas universidades de Pomona y Scripps. En el momento justo, Sandoval-Dancs amplió su discurso seductor: Claremont McKenna no solo ofrece relaciones cercanas entre los estudiantes y profesores, sino también buenas conexiones con los otros cuatro campus de pregrado en el consorcio de Claremont Colleges.

Los estudiantes revisaron un salón de clases y un dormitorio, las amplias instalaciones deportivas y el icónico “Cube”, un espacio exclusivo para estudiantes, con paredes de vidrio en medio de una reluciente piscina de agua. Pasearon por “Green Beach”, un espacio abierto con césped que, según comentó Sandoval-Dancs, siempre estaba plagado de jóvenes haciendo un picnic, jugando al fútbol y al frisbee.

Cuando Sandoval-Dancs le contó al grupo sobre una cocina en el campus disponible para los alumnos, Rhea tocó con entusiasmo a su madre. Le había gustado el aula, y señaló que su configuración íntima respaldaba ese estilo de universidad en la cual los estudiantes tienen mucho tiempo cara a cara con sus profesores. Pero la idea de poder cocinar sus vegetales salteados y otras comidas tal como lo hace en casa resultó un gran atractivo. “Esa fue una de las mejores cosas que me pudieron haber dicho”, confesó Rhea. “La cocina y el gimnasio podrían ser el atractivo clave para mí”.

Para Emily Ma, una estudiante de Long Island apasionada por la ciencia y la danza, el recorrido por Claremont McKenna la volvió a dejar indecisa. Atraída por los académicos y la sensación de un campus a lo grande -incluidos los deportes-, la joven esperaba comprometerse con la USC. Pero se enamoró del campus más pequeño de Claremont. Quedó impresionada por el Athenaeum, un espacio de conferencias y comedor que fomenta discusiones libres con oradores de alto perfil y atrae a los estudiantes con fresas cubiertas de chocolate y golosinas Rice Krispies. “Al principio me inclinaba por la USC, pero ahora estoy en dudas”, reconoció Emily. “De todas formas, es un buen problema”, dijo con humor.

No obstante, ese ‘buen problema’ para Emily podría no serlo para USC. La universidad generalmente atrae a más de 100.000 visitantes en sus recorridos por el campus y una miríada de eventos, tanto para los estudiantes admitidos como para futuros, comentó Kirk Brennan, director de admisión. Los visitantes se toman selfies frente a la estatua del guerrero troyano Tommy Trojan, pasean por el patio arbolado, disfrutan de la banda de música, conocen a profesores y estudiantes, visitan los dormitorios… Los recorridos marcan la diferencia: quienes visitan el campus tienen más probabilidades de comprometerse con la USC que quienes no, reconoció Brennan. “Sabemos que, cuando los jóvenes vienen a nuestro hermoso campus y sienten ese espíritu y entusiasmo, es más probable que se interesen por la institución y se inscriban”, añadió.

Los recorridos en persona también les dan a las familias una mirada de primera mano al “renacimiento del centro” de la ciudad, según Brennan, con animados enclaves culturales como Koreatown y la variedad de restaurantes étnicos adecuados para los presupuestos estudiantiles. En una conversación reciente con un candidato destacado de Washington, D.C., dijo Brennan, le habló de los tacos de Los Ángeles más que de las oportunidades académicas.

USC, UCLA y otros campus han intentado replicar esa experiencia con visitas online y otros eventos virtuales. El portal de UCLA para alumnos admitidos, por ejemplo, presenta un video de bienvenida que muestra los majestuosos edificios de ladrillo del campus, eventos deportivos y testimonios sobre la vida como Bruin de diversos estudiantes en laboratorios, aulas y teatros, con algunos paseando en pantalones cortos bajo un cielo soleado.

Los eventos en línea presentan una variedad de intereses que incluyen preparación profesional, investigación de pregrado y programas de estudio en el extranjero, experiencias de estudiantes en química y bioquímica, apoyo para alumnos internacionales, vivienda, diversidad y salud y bienestar.

Diya Kapur estaba en el último año de la preparatoria en Sunnyvale, el año pasado, cuando debió comprometerse con una universidad sobre la base de recorridos virtuales, que complementó con extensas conversaciones con estudiantes de UCLA, UC Berkeley y Georgia Tech en Atlanta. Cada campus ofrecía un sólido programa académico en su campo de la ingeniería química, por lo cual comenzó a analizar otros factores -la ubicación, el más clave-.

Kapur quiere quedarse y trabajar en California después de graduarse. Por ello, construir una red aquí tiene más sentido, dijo. UCLA fue, finalmente, la institución elegida. Está lo suficientemente lejos de su casa en el Área de la Bahía para darle un poco de independencia, expuso, y le gustó el ambiente acogedor y las críticas favorables sobre la comida del campus. “Soy un gran aficionada a la comida, y saber que UCLA es la número uno en la nación… No hay nada mejor que eso”, añadió Kapur.

Este tipo de decisiones comparativas por parte de los estudiantes puede ser estresante para los oficiales de admisión universitaria, ya que sus predicciones de cuántos aceptarán sus ofertas conllevan ramificaciones financieras potencialmente importantes. En la USC, comentó Brennan, subestimar la tasa de rendimiento este año, incluso en un 2%, podría dejar al campus con menos de 200 alumnos, “y eso es un dormitorio completo”.

“Todo el mundo está preocupado por las inscripciones, todos”, agregó Brennan. “El temor principal es que no venga suficiente gente. Me gustaría que los estudiantes apreciaran lo preocupados que estamos de que elijan a la competencia. A veces no conocen su valor o poder en esa relación; creo que, si lo supieran, se sentirían más seguros”.

Rhea siente esa excitación en este momento. Los campus la inundaron con ofertas de admisión, impresionados por su promedio de calificaciones de 4.6, su carga de cursos difícil y actividades extracurriculares impresionantes -fundar una organización sin fines de lucro, por ejemplo, y servir como miembro de la junta estudiantil del Distrito Escolar Unificado de Riverside-.

Después de mucha deliberación, decidió comprometerse con Pitzer College. Su gira por Claremont McKenna, la semana pasada, profundizó su interés en una pequeña universidad en lugar de un megacampus como UC Berkeley, otro de los principales contendientes. Pitzer le ganó a Claremont McKenna debido a su larga y sólida tradición en justicia social y programación educativa innovadora, destacó.

¿Qué se siente al hacer esa selección final entre tantas universidades que compiten por uno? “Es una agradable sensación de empoderamiento tener, finalmente, algo de control sobre ellos”, respondió entre risas.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio