Los latinos de Los Ángeles siguen muriendo a altas tasas, a pesar de que la ola de casos de COVID-19 disminuye - Los Angeles Times
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Los latinos de Los Ángeles siguen muriendo a altas tasas, a pesar de que la ola de casos de COVID-19 disminuye

Jose Jaimes, 74, receives the Moderna COVID-19 vaccine at Clinica Romero in Los Angeles on Saturday morning, February 6, 2021
José Jaimes, de 74 años, recibe la vacuna Moderna contra COVID-19 de la asistente médica Licelda Pérez, en un sitio de vacunación contra coronavirus para personas mayores, en la Clínica Romero en Los Ángeles, el 6 de febrero.
(Genaro Molina/Los Angeles Times)
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A pesar de que el número diario de decesos por COVID-19 disminuye, los residentes latinos de Los Ángeles siguen muriendo a una tasa tres veces mayor que la de los habitantes blancos, según datos publicados.

El condado está promediando alrededor de 111 nuevas muertes por coronavirus diariamente durante los últimos siete días, menos de la mitad de la tasa del pico de 241 decesos diarios registrado a principios de enero, según un análisis del Times.

Durante el período más reciente de 14 días para el que hay datos disponibles, los latinos en Los Ángeles morían a una tasa de 25 por día por cada 100.000 residentes latinos. Eso es aún peor que el índice entre los blancos o los asiático-estadounidenses durante cualquier otro período similar de toda la pandemia.

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Según los datos analizados para el período de dos semanas que terminó el 12 de febrero, los residentes negros y asiático-estadounidenses del condado estaban muriendo de COVID-19 a una tasa de nueve por día por cada 100.000 residentes negros y asiático-estadounidenses; mientras que los habitantes blancos morían a un índice de ocho por día por cada 100.000 residentes blancos.

“Nuestra comunidad latina está soportando lo peor de la pandemia”, señaló el miércoles la directora de Salud Pública de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.

“Si bien hemos llegado al otro lado de la terrible oleada, es importante recordar que lo hicimos con una tremenda pena, enfermedad y muerte. Sé que hablo por todos cuando digo que nunca queremos volver a experimentar un aumento”.

En el peor momento de la pandemia en enero, la tasa de mortalidad por COVID-19, entre los latinos en el condado, alcanzó su punto máximo a una tasa diaria de 51 por cada 100.000 residentes latinos, tres veces peor que el índice de los habitantes blancos, que fue de 17 decesos por cada 100.000.

Los residentes negros a mediados de enero estaban muriendo de coronavirus a una tasa de 23 decesos por cada 100.000; entre los estadounidenses de origen asiático, la tasa fue de 22 por cada 100.000.

Los latinos siguen muriendo por COVID-19 a una tasa tres veces mayor que la de los residentes blancos de Los Ángeles.
(Los Angeles County Department of Public Health )

La tasa de mortalidad por COVID-19, entre las personas que viven en las colonias más pobres de Los Ángeles, también es significativamente más alta, aproximadamente el triple, que aquellos que viven en las áreas más ricas.

Para el período de dos semanas que terminó el 12 de febrero, la tasa de mortalidad por coronavirus para las áreas más empobrecidas fue de 27 por día por cada 100.000 residentes de esas colonias; en las zonas más ricas, el índice de mortalidad fue de nueve por día por cada 100.000.

En el pico de la pandemia, las personas que vivían en las áreas más empobrecidas de Los Ángeles morían a una tasa de 63 por día por cada 100.000 residentes de esas colonias.

Chart showing death rate by area poverty
Las personas que viven en las áreas más pobres de Los Ángeles tienen tres veces más probabilidades de morir de COVID-19 que aquellos que viven en las zonas más ricas.
(Los Angeles County Department of Public Health)

“Muestro estos datos porque es un recordatorio constante de que estas desigualdades son muy reales”, indicó Ferrer. “Definitivamente tenemos poblaciones que han sufrido desproporcionadamente por COVID-19. El complejo conjunto de razones en realidad no está asociado con los comportamientos individuales. [Está] vinculado con la opresión sistemática, el racismo, la falta de recursos y quién realmente iba a trabajar durante la pandemia”.

Las inequidades se han extendido a las vacunas. Las personas mayores blancas y asiático-estadounidenses tienen más probabilidades de conseguir el antígeno contra COVID-19, en contraste con las personas mayores negras, latinas y nativas americanas.

Las brechas en la inoculación, indicó Ferrer, “representan un acceso desigual a las vacunas. La escasez de suministros hizo que las citas fueran escasas y difíciles de obtener, especialmente para las personas que pueden no tener el tiempo o la capacidad tecnológica para registrarse”.

“Mejorar el acceso en las áreas del condado que se han visto muy afectadas es nuestra prioridad. Y estas tienden a ser zonas donde viven muchos residentes negros y latinos. Hemos abierto sitios [de vacunación] adicionales en estas áreas y estamos trabajando con grupos comunitarios que están ayudando a registrar a las personas en estas comunidades para las citas de vacunación”, señaló Ferrer.

Por ejemplo, a partir de la semana del 9 de febrero, solo el 20% de todos los adultos mayores negros en Los Ángeles habían recibido al menos una inyección de la vacuna. Ese número fue del 26% para los adultos mayores latinos y del 28% para los adultos mayores nativos americanos.

Por el contrario, el 38% de las personas mayores blancas y el 37% de las personas mayores asiático-estadounidenses habían recibido al menos una dosis.

Dos semanas después, el 29% de los adultos mayores negros, el 34% de los adultos mayores latinos y el 38% de los adultos mayores nativos americanos habían recibido al menos una inyección del antígeno. Aproximadamente el 48% de las personas mayores blancas y el 45% de las personas mayores asiático-estadounidenses han recibido al menos una dosis.

Esos resultados, comentó Ferrer, demuestran que los esfuerzos para brindar más acceso al antígeno en las áreas donde viven muchos residentes negros y latinos están comenzando a funcionar.

Entre esas dos semanas, el incremento porcentual relativo de las vacunas entre los adultos mayores negros fue del 45%; entre los nativos americanos, del 37%; y entre los latinos, del 32%. Eso es más grande que los experimentados por los residentes blancos, que ascendió en un 25%, y entre los estadounidenses de origen asiático, que incrementó en un 22%.

“Nos alivia ver estos primeros aumentos en las tasas de vacunación, ya que indican que nuestras estrategias pueden estar funcionando”, señaló Ferrer.

Cumulative percent of seniors who have received at least one dose of vaccine
Porcentaje acumulativo de personas mayores que han recibido al menos una dosis de vacuna.

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, informó el miércoles que la ciudad se ha asociado con organizaciones comunitarias confiables para administrar miles de vacunas en colonias vulnerables en el sur del condado, el lado este y el valle de San Fernando.

La semana pasada, Garcetti anunció un equipo móvil de vacunación, llamado Mobile Outreach for Vaccine Equity, o MOVE, para expandir los servicios móviles de inoculación en Los Ángeles. Garcetti visitó uno de los sitios en Chinatown, un vecindario que, a pesar de su ubicación cerca de un gran sitio de vacunación, el estadio de los Dodgers, se descubrió que tenía una necesidad especial de ofrecer asistencia a las personas mayores de habla china y vietnamita que carecían de transporte para llegar.

“Así que nos instalamos allí en Chinatown, en un estacionamiento”, indicó Garcetti. “Vimos ese trabajo en acción con organizaciones de la comunidad y traductores”.

“Estos esfuerzos en toda nuestra ciudad reflejan nuestra determinación de hacer esto bien. Y para que todos reciban las dosis adecuadas”, señaló Garcetti. “Estamos tratando de derribar las barreras estructurales, económicas, culturales e históricas que impiden que las personas reciban una vacuna o deseen una”.

Garcetti anunció que los equipos móviles de vacunación comenzarán a ofrecer servicio los sábados. “Este cambio brindará flexibilidad adicional a los trabajadores esenciales que laboran de lunes a viernes, quienes sabían que hay clínicas para el antígeno en sus comunidades, pero simplemente no pudieron acceder porque estaban en el trabajo”.

El alcalde también advirtió al público que evitará las estafas en las que las personas que se hacen pasar por vacunadores y usan batas médicas, piden información privada y dinero. “No se deje engañar por estos trucos y repórtelos si le sucede. Nadie legítimo le pedirá que pague por una vacuna contra COVID. Nadie”, explicó Garcetti.

El gobierno federal está proporcionando el antígeno contra coronavirus de forma gratuita a todas las personas que viven en Estados Unidos, dijeron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del país.

Las áreas de bajos ingresos son altamente susceptibles a la propagación del coronavirus debido a la densidad poblacional, las condiciones de vida hacinadas y una mayor proporción de trabajadores esenciales que no pueden laborar desde casa. Los funcionarios creen que las personas se enferman en sus espacios de trabajo y luego transmiten el virus a los miembros de la familia en su domicilio.

Los residentes latinos y negros de California, así como las personas con educación hasta un título de escuela secundaria, sufrieron uno de los mayores aumentos de muertes durante la pandemia, según un análisis de investigadores de UC San Francisco.

Los condados del estado con una mayor proporción de hogares hacinados y con bajos salarios se han visto más afectados por la pandemia, según un estudio del Centro Comunitario y Laboral de UC Merced. Y los trabajadores latinos tienen la tasa más alta de empleos esenciales de primera línea, donde existe un mayor riesgo de exposición al coronavirus, según el Centro Laboral de UC Berkeley.

Por ejemplo, el 55% de los latinos y el 48% de los residentes negros trabajan en esos empleos, en comparación con el 35% de los residentes blancos.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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