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Exposición a la contaminación del aire es vinculada a mayores tasas de mortalidad por coronavirus

Downtown Los Angeles skyline is seen from Griffith Observatory
La imagen de 2019 del centro de Los Ángeles se ve desde el Observatorio Griffith.
(Christina House / Los Angeles Times)
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Los estadounidenses en comunidades con niveles más altos de smog corren un mayor riesgo de morir por COVID-19, según un nuevo estudio que sugiere que el daño a la salud del nuevo coronavirus ha empeorado por la exposición a largo plazo a la contaminación del aire.

Científicos de Harvard T.H. Chan School of Public Health analizó datos de más de 3.000 condados de EE.UU para vincular pequeños aumentos en la exposición a largo plazo a la contaminación por partículas finas con tasas de mortalidad sustancialmente más altas por el coronavirus.

Los investigadores calcularon los niveles promedio a largo plazo de contaminación por partículas finas (hollín dañino para los pulmones también conocido como PM2.5) entre 2000 y 2016 y lo compararon con las más de 7.000 muertes de COVID-19 que ocurrieron hasta el 4 de abril. Descubrieron que un aumento de sólo un microgramo por metro cúbico de PM2.5 se asoció con un incremento del 15% en la tasa de mortalidad por coronavirus.

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Francesca Dominici, profesora de bioestadística en Harvard y coautora del estudio, expuso que su equipo aceleró su investigación en respuesta al aumento de los decesos por coronavirus por una “obligación moral” de auxiliar en la crisis de salud. Los científicos dieron a conocer su manuscrito antes de su publicación, mientras se somete a una revisión por pares, e hicieron públicos sus datos y códigos, con la esperanza de que puedan usarse en todo el mundo para ayudar a centrar la investigación y prevenir muertes.

Dominici dijo que, según su conocimiento, es el primer estudio a nivel nacional en cuantificar la relación entre las tasas de mortalidad por coronavirus y la exposición a uno de los tipos más generalizados de contaminación del aire. Agregó que quería obtener la información lo antes posible porque sugiere que los funcionarios de salud deberían prestar más atención a limitar el daño en las comunidades peor contaminadas, incluidas muchas en California, donde la salud de las personas ha sufrido durante mucho tiempo la mala calidad del aire.

“Estos son los lugares donde realmente deberíamos tener cuidado con las medidas de distanciamiento social y aplicarse aún más”, señaló. “Si el COVID lo infecta y tiene pulmones que ya están inflamados porque ha estado respirando aire contaminado durante tanto tiempo, podría experimentar un peor resultado de salud que en cualquier otro lugar”.

Los hallazgos se producen cuando la administración Trump tiene importantes retrocesos ambientales, incluso cuando la crisis del coronavirus se agrava. En las últimas semanas, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU concluyó un importante retroceso de los estándares de emisiones de automóviles y anunció una decisión radical de suspender la aplicación de una serie de protecciones ambientales y de salud en respuesta a la pandemia.

Los científicos de Harvard dijeron que sus resultados “subrayan la importancia de continuar haciendo cumplir las regulaciones de contaminación del aire existentes para proteger la salud humana durante y después de la crisis de COVID-19”, y agregaron que “anticipamos que si no lo hacemos, puede aumentar potencialmente el número de víctimas mortales y hospitalizaciones, lo que supone una carga adicional para nuestro sistema de atención médica y le quita recursos a los pacientes con COVID-19”.

Los ambientalistas y los grupos de salud dijeron que el estudio proporciona una nueva evidencia de la miopía de debilitar o retrasar las salvaguardas contra la contaminación durante la pandemia.

“Estos hallazgos ilustran que demasiados estadounidenses se enfrentan a múltiples amenazas a la salud de sus pulmones, y cuando se juntas, estas diferentes amenazas a los impactos en la salud pulmonar pueden amplificarse mutuamente”, dijo Harold Wimmer, presidente de la American Lung Assn. en un comunicado: “No podemos permitirnos retrasar la limpieza de la peligrosa contaminación del aire. De hecho, es más importante que nunca”.

Dominici comentó que su investigación fue motivada por observaciones de que muchos de los mismos problemas de salud subyacentes que aumentan el riesgo de muerte por COVID-19, como la enfermedad cardíaca y pulmonar, también empeoran por la exposición a largo plazo a la contaminación del aire. Los investigadores ajustaron otros factores como la obesidad y el tabaquismo que también pueden aumentar el riesgo de muerte.

El equipo de investigación está automatizando su análisis para volver a ejecutarlo a medida que continúa la pandemia, precisó Dominici, “desafortunadamente, ya que se prevé que aumentará el número de muertes”.

Muchos científicos han sospechado que el aire contaminado hace que las personas sean más susceptibles al coronavirus, según investigaciones anteriores sobre virus similares que mostraron que aumenta el riesgo de contraer neumonía y desarrollar síntomas más graves una vez que lo tienen. La investigación sobre el brote de coronavirus del SARS en 2003 encontró que los pacientes infectados de regiones con mayor contaminación del aire tenían un 84% más de probabilidades de morir que aquellos en áreas menos contaminadas.

Los resultados del estudio de Harvard son “consistentes con los datos limitados que tenemos sobre esta familia de virus: que podría ser un determinante potencialmente importante de la gravedad de la infección”, señaló Frank Gilliland, profesor de medicina preventiva en USC, que no participó en la investigación. “Sabemos que el PM2.5 aumenta un espectro de enfermedades respiratorias... por lo que no sería demasiado sorprendente que realmente tenga efectos adversos sobre el COVID-19”.

Gilliland enfatizó que el estudio debe interpretarse con cautela porque analizó los datos en el Condado, en lugar de a nivel individual, por lo que las tasas de mortalidad más altas en áreas de mayor contaminación también podrían reflejar otras características de la población no relacionadas con la contaminación del aire.

“Esta es una investigación muy temprana, pero sugiere que las personas que viven en áreas de alta contaminación realmente necesitan seguir las recomendaciones para el distanciamiento social y hacer todo lo posible para evitar infectarse e infectar a otros”, indicó Gilliland.

Michael Jerrett, profesor de ciencias de salud ambiental en la Escuela de Salud Pública Fielding de UCLA que leyó el estudio, lo calificó como “un buen primer vistazo” y “un hallazgo potencialmente importante dado que tantos estadounidenses y personas en todo el mundo viven en áreas con niveles de contaminación poco saludables”.

“La principal preocupación es la gran incertidumbre con los hallazgos debido al recuento de las muertes en muchos lugares”, dijo Jerrett. “Por el hecho de que la capacidad de prueba aún es muy baja, una gran cantidad de decesos que probablemente se debieron a COVID no se han contado como tales, y esto tiene el potencial de sesgar los resultados”.

El estudio, agregó, “merece ser replicado en otras áreas, particularmente en lugares como Alemania y Corea del Sur, donde han estado experimentando mucho más de lo que tenemos aquí”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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