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Activistas piden no comprar en El Súper hasta que se mejore la situación laboral

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Mientras muchos todavía duermen en sus habitaciones, Guadalupe Amador llega a las 4 de la madrugada a su trabajo. Durante 13 años, esta migrante oriunda de Sinaloa, México, se ha dedicado a colocar el pan en las vitrinas de la tienda El Súper, ubicada sobre la avenida Gage en el Sur de Los Ángeles.

Sin embargo, de un momento para otro, la labor que realizaban cuatro personas recayó únicamente en sus manos, dijo Amador, quien además sufrió una reducción de ocho horas de trabajo desde el 2015.

“Ahora tengo que revisar el pan, limpiar la vitrina y los cajones del bolillo. Retiro el pan de las racas y también atiendo al público”, detalla Amador de 59 años y radicada en Estados Unidos desde 1975. Ella afirma que no le hace mala cara a todas sus asignaciones, sólo explica los malabares que tiene que hacer para sacar su trabajo.

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Lo que le preocupa a la también madre de familia es su escaso salario. Ella gana 11 dólares por hora, cantidad con lo que debe de cubrir sus gastos de renta y alimentación.

“Nada más me están dando 32 horas a la semana”, enfatiza.

Así como esta trabajadora hay 600 personas más en zozobra, como resultado de la falta de entendimiento entre la compañía y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de Alimentos y el Comercio (UFCW).

Al vencerse el contrato colectivo de los trabajadores, el 27 de septiembre de 2013, se generó una serie de negociaciones para mejorar las condiciones de los trabajadores, pero en los últimos once meses, la corporación no ha dado señales de vida para dar respuesta a las peticiones.

El sindicato pide cambios en las condiciones laborales y mejoras salariales, entre otras demandas. Actualmente un cajero en la tienda El Súper inicia ganando $9.20 la hora y puede llegar a más de doce.

Debido a que las demandas del sindicato no han sido atendidas, el gremio llamó a un boicot que hasta hoy sigue vigente desde el 20 de diciembre de 2014. Ellos no han revelado el salario exacto que buscan, sólo quieren que sea equiparable a la industria en general.

De acuerdo a algunos cajeros de Food 4 Less, ellos indicaron que inician ganando $9.20 la hora y su salario puede llegar hasta 17 dólares; mientras que los cajeros de Northgate entran ganando $10 y pueden ganar hasta $15.

“El costo del cuidado de salud [de los empleados] es muy alto y ganan muy poco”, manifiesta Rigoberto Valdez, vicepresidente de UFCW Sección 770, informando que aunque la empresa provee el seguro, los trabajadores tienen que pagar $90 semanales para darle cobertura médica a la familia.

Despidos sin negociación

Según este sindicato, en lo que va del conflicto se han despedido desde enero del presente a 12 empleados que han exigido sus derechos y que ratificaron que se mantuviera el sindicato (actualmente algunos de estos casos están en proceso legal).

Además, como resultado del boicot, personal del gremio dijo que al menos 80 mil personas han dejado de comprar en la tienda, generando pérdidas onerosas a las empresas. No obstante, estas cifras no pudieron ser comprobadas.

“La idea de esta lucha es subirle el estándar de vida a los trabajadores y darles un sueldo digno, no de hambre”, insiste Valdez, destacando que también piden que les paguen seis días por enfermedad, respeto al derecho por antigüedad y que les den 40 horas de trabajo a la semana.

En el 2013, el Grupo Chedraui, propietario de El Súper, obtuvo ganancias de 131 millones de dólares. En ese año, la revista Forbes estimó en más de mil millones de dólares, la fortuna personal del presidente de la empresa, Alfredo Chedraui Obeso, mexicano de origen libanés.

“Los empleadores sólo se enfocan en las ganancias y no en la inversión que deben hacer en los trabajadores”, afirma Ángela Sanbrano, presidenta de Centro de Recursos Centroamericanos. “El boicot es muy legítimo y la comunidad debe de apoyar”.

De acuerdo a expertos, la empresa está apostando por alargar el proceso y cansar a los trabajadores.

“El sindicato no tiene otra opción más que presionar en el lado económico y político, para que los patrones regresen a la mesa”, asegura Gaspar Rivera, director de proyectos del Centro Laboral de UCLA.

Por el momento, los trabajadores observan una luz al final del túnel. Esta semana, la Junta Nacional de Relaciones Laborales anunció que procesará a El Súper por las acciones coercitivas en contra de los empleados que luchan por sus derechos.

“Este es un buen paso hacia adelante para lograr que la compañía regrese a una mesa de acuerdos para negociar un contrato justo y equitativo para nuestros miembros que están trabajando en El Súper”, indicó Ricardo Icaza, presidente del Local 770 de la UFCW.

Desde que se impulsó el boicot, alrededor de 100 organizaciones comunitarias, sindicales y de Fe de todo el Sur de California respaldan el movimiento, así como 17 concilios vecinales de Los Ángeles que representan las áreas latinas, en donde operan las tiendas, al igual que la ciudad de Santa Ana.

Mientras dura el conflicto, el sindicato espera que la comunidad muestre su solidaridad y se abstenga de comprar en este supermercado, hasta que se garantice el respeto a los derechos de los trabajadores.

HOY solicitó una posición a El Súper sobre este conflicto, pero hasta el momento no había recibido respuesta.

Detalles

El Súper tiene 49 tiendas en todo Estados Unidos, 42 de ellas están en California.

De todas las tiendas, sólo 7 están sindicalizadas y representan a 600 trabajadores, en su mayoría latinos. Esta cadena de supermercados es administrada por Bodega Latina Corporation, la cual es propiedad en un 81.4% de Grupo Comercial Chedraui, con sede en México.

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